Amedeo Cencini: “Hay que atreverse a decirles a los jóvenes que no son libres”

  • Vida Nueva entrevista a uno de los mayores especialistas en pastoral vocacional
  • El sacerdote advierte contra una “bulimia de los sentidos” por la sobreexposición a la tecnología

Amedeo Cencini, sacerdote italiano experto en pastoral vocacional

Es uno de los mayores especialistas en pastoral vocacional, de ahí que Amedeo Cencini (Senigallia, Italia, 1948) sea continuamente requerido para dictar conferencias sobre una cuestión que preocupa profundamente a la Iglesia. Sin ir más lejos, a la española, a cuyos delegados diocesanos de pastoral vocacional les ha ofrecido, a mediados de mayo un curso –organizado por la Comisión Episcopal de Seminarios y Universidades–, para reflexionar sobre algo en lo que lleva mucho tiempo trabajando: la pedagogía vocacional de la belleza.

“Estamos ante un fenómeno muy extraño”, dice este sacerdote del Instituto de los Hijos de la Caridad a Vida Nueva: “Hemos perdido nuestros cinco sentidos, los que nos conectan con la realidad”. Sí, parece grave… (…)

Esta pérdida del sentido de la belleza está relacionada, según sostiene el sacerdote, “con una bulimia de los sentidos, porque todo se puede ver y tocar gracias a los grandes avances tecnológicos, como Internet y las redes sociales”. Esta especie de saturación ha hecho que los sentidos hayan perdido su vocación originaria debido a que “son alimentados de manera muy controlada, desde las manos de otras personas que les influyen de manera negativa”.

“No es culpa de los jóvenes, claro, sino de la cultura que hemos creado”, asegura Cecini, pero sí advierte a las nuevas generaciones de que esa manipulación les “está haciendo perder sus instrumentos originarios para captar la hermosura que hay en el mundo”. Por eso anima los formadores a decírselo a la cara. ¿Cómo? “El joven no se ofende si le dices que no le has visto el domingo en misa. Pero le interpelas si le dices que él realmente no es libre, porque no le dejan tener la posibilidad real de darle a sus sentidos una orientación de vida con la que poder descubrir la belleza que le rodea”. (…)

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