Jesús Fernández: “Algunos se han enriquecido de manera obscena durante la crisis”

  • El obispo auxiliar de Santiago de Compostela es, desde abril, el obispo responsable de Cáritas
  • Habla con Vida Nueva sobre la actual situación económica y social de España, la desigualdad y la corrupción

Jesús Fernández, obispo auxiliar de Santiago de Compostela y obispo responsable de Cáritas

Nombrado a finales de 2013, Jesús Fernández (Selgas de Ordás, León, 1955) fue uno de los primeros obispos que Francisco designó para España. Auxiliar de Santiago de Compostela, quienes le conocen destacan la gran labor callada que realiza, lo que no significa que pase desapercibida. Tras dejar un buen recuerdo en el Departamento de Pastoral de la Salud, desde el mes de abril es el nuevo obispo responsable de Cáritas en la Comisión Episcopal de Pastoral Social. (…)

PREGUNTA.- España ingresa el equivalente a lo que gana la mitad de la población… Esta desigualdad, ¿remueve de sus zonas de confort a quienes no la sufren?

RESPUESTA.- La crisis ha hecho salir de las personas lo mejor y lo peor. Así, mientras que ha habido quien se ha volcado a favor de los necesitados ofreciendo su tiempo, su dinero y hasta su persona, otros se han dedicado a enriquecerse, incluso de una manera obscena. Algunos, pues, han sabido conectar y hacer suyos la pobreza y el sufrimiento de los pobres, mientras que otros, envueltos en la bandera del yo y del cuidado personal, han caído en la indiferencia y han omitido su deber de solidaridad y de justicia. (…)

P.- La corrupción, ¿es uno de los síntomas de esa nueva religión que ha endiosado al dinero y al mercado?

R.- Sin duda, aunque a veces uno no sabe distinguir si es el dinero o es otro ídolo muy próximo a él, que es el poder. Uno u otro, o los dos, son los máximos causantes de la lacra de corrupción que nos invade y de la que no vemos la forma de salir. Mientras no se proceda en serio a un rearme moral, comenzando por la familia y continuando por la escuela, no habrá nada que hacer. Porque, efectivamente, nos escandalizamos ante la corrupción de nuestros dirigentes, pero justificamos defraudar al seguro, proceder con violencia contra el que nos incomoda, etc. Nuestros políticos deberían asumir la responsabilidad de darle a la educación la importancia que merece y de poner los cimientos, ya desde la escuela y la familia, para una convivencia basada en los derechos humanos. La Iglesia católica, junto con otras tradiciones religiosas y morales, trata de aportar su granito de arena, también desde las propias parroquias, pero ya vemos la valoración que se suele transmitir de esa labor.

Lea más:
Noticias relacionadas
Compartir