La Iglesia espera no solo el desarme, sino la disolución de ETA

grupo de personas en el cementerio de Lasarte-Oria rinden homenaje a un concejal socialista asesinado por ETA

Las diócesis vascas seguirán atendiendo a las víctimas y creando espacios de reconciliación

grupo de personas en el cementerio de Lasarte-Oria rinden homenaje a un concejal socialista asesinado por ETA

En Lasarte-Oria, homenaje al exconcejal socialista Froilán Elespe, asesinado por ETA hace 16 años

VICENTE L. GARCÍA (VITORIA) | El anuncio de que ETA entregará las armas el próximo 8 de abril pilló al presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Ricardo Blázquez, en plena rueda de prensa en Madrid, donde clausuraba la Asamblea Plenaria que le había reelegido como presidente del Episcopado. Sin apenas conocer los detalles que se estaban dando a conocer a través de una noticia difundida ese mismo día 17 por el diario francés Le Monde, Blázquez, obispo de Bilbao entre 1995 y 2010, no dudó en ofrecer un análisis ya muy meditado.

“Hace años, la banda terrorista ETA manifestó públicamente su renuncia a la violencia. Si han renunciado al ejercicio de la violencia, ¿por qué no entregan las armas? Tienen que entregarlas… Y si quieren entrar en la vida pública como una organización política, ¿por qué no se disuelven?”.

Esta pregunta –que en realidad es una petición– es compartida también por la Iglesia en el País Vasco, donde la noticia de la entrega del armamento que la banda aún mantiene escondido en zulos, dentro de la lógica cautela, ha generado esperanza, por suponer, en cualquier caso, un paso más en el camino de la paz.

Así, desde el Obispado de Bilbao se traslada a Vida Nueva lo que puede ser el sentir general de la Iglesia vasca respecto de la decisión tomada por la organización terrorista: “Es un paso positivo e importante, y ayudará más aún su disolución definitiva”.

Por su parte, el obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, en conversación con esta revista, sintetiza lo que ha sido la trayectoria de la Iglesia en este tema: “La Iglesia siempre comparte los deseos de paz y convivencia fraterna de la sociedad. Por ello, cualquier acción que se enmarque en esta línea es motivo de acción de gracias para nosotros. Nos gustaría que pronto se anunciase no solo el desarme, sino la disolución definitiva de ETA”.

El prelado es consciente de que se trata de un paso más en un proceso, al que la Iglesia seguirá prestando atención. Como ha hecho hasta ahora. “Por otro lado –añade Elizalde–, la Iglesia seguirá estando al lado de las víctimas, de cada persona en su concreta necesidad, con los brazos abiertos promoviendo la misericordia, el perdón y la reconciliación. Hoy, la tarea de la comunidad cristiana es seguir orando por la paz, ayudando a reconciliar y pidiendo que Dios ilumine las mentes y corazones de quienes tienen la misión de gestionar cada paso en favor de la paz”.

Así pues, el Episcopado vasco ve con esperanza el anuncio de ETA, una esperanza que será tema central de la mesa redonda que reúne en la capital vizcaína a los obispos de Bilbao, Mario Iceta, San Sebastián, José Ignacio Munilla, y Vitoria, Juan Carlos Elizalde, el sábado 25 de marzo, en el marco de las XII Jornadas de Católicos y Vida Pública.

El calor de la comunidad cristiana

No es nuevo el empeño de la Iglesia en el País Vasco por arrimar el hombro en favor de la convivencia. Un paso más en esta historia es el acto que tendrá lugar el próximo 28 de marzo en Vitoria, organizado por el Secretariado Social Diocesano de esa diócesis. Ese día se presentará su proyecto Paz y Reconciliación, que pretende “crear espacios para el diálogo sobre estos temas y también estar cerca de las víctimas, que sientan el calor y el compromiso de la comunidad cristiana”, como apuntan desde la organización del evento.

Durante el mismo se contará la experiencia que, con el mismo objetivo, se ha puesto ya en marcha en la Diócesis de Bilbao.

Publicado en el número 3.029 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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