Los religiosos españoles quieren ser “bálsamo de misericordia” ante “el dolor del mundo”

cartel de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada 2 febrero 2017

Mensaje de la presidencia de CONFER en la Jornada Mundial de la Vida Consagrada

cartel de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada 2 febrero 2017

M. GÓMEZ | Hoy jueves 2 de febrero, la Iglesia celebra la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, y con ese motivo la presidencia de CONFER (Conferencia Española de Religiosos) ha emitido un mensaje de agradecimiento y aliento a los más de 48.000 religiosas y religiosos españoles que representan: según sus propios datos, en España hay 5.993 comunidades religiosas, 302 congregaciones religiosas y sociedades de vida apostólica femeninas (con 37.012 miemmbros) y 106 masculinas (con 11.472 miembros).

El comunicado está firmado por Mariña Ríos, odn, y Jesús Miguel Zamora, fsc, respectivamente presidenta y vicepresidente de CONFER. Y huye un poco del cierto pesimismo y mensajes de alerta ante el cambio de época al que se enfrenta la vida religiosa (el último, del propio papa Francisco, cuando hace unos días advirtió contra una “hemorragia” en los consagrados). Sin negarlo tampoco, el mensaje de CONFER está encabezado por dos frases también del Pontífice: “Donde hay religiosos hay alegría” y “Abrazar el futuro con esperanza, fruto de la fe en el Señor de la historia”. Y comienza explicando el lema de esta Jornada, Testigos de la esperanza y la alegría.

“El lema escogido este año para la Jornada de la VC sin duda nos evoca las invitaciones del papa Francisco a toda la Iglesia y en concreto a la Vida Consagrada”, se lee.

Tras recordar brevemente que “ser testigos es inseparable de la llamada del Señor a seguirle y a anunciar” la “Buena Noticia del Evangelio”, el mensaje también reconoce que “las situaciones que vivimos” a veces “no invitan a un testimonio de alegría y esperanza. Nos afecta el dolor de nuestro mundo, hecho triste realidad en tantas hermanas y hermanos nuestros que deambulan de un lugar a otro buscando una tierra que les acoja, la cercanía de personas con las que compartir su sufrimiento, un espacio donde rehacer sus maltrechas vidas, cercenadas por la guerra, el dolor o a exclusión”.

Ante esto, no obstante, “podemos reconocer a Dios que acompaña” y que llama a los consagrados “a seguir testimoniando ¡claro que sí! la alegría del Evangelio y la esperanza, que nos invita a ser bálsamo de misericordia y de acogida, de caricia y de humanidad”, animan.

La presidencia invita a que esta Jornada sea “experiencia de agradecimiento por el don de Señor a nuestra propia vida, a la Iglesia y a la humanidad; impulso para ser testigos de esta vocación, y ocasión de renovar nuestra entrega al Señor con todo lo que somos en el servicio a los demás”.

Y termina el mensaje mirando a María, “la mujer testigo de alegría y esperanza. (…) María expresa la confianza en Dios hacia el futuro (…). Que, como María, hagamos de nuestra vida un Magníficat”.

Agradecimiento de los obispos

También los obispos españoles han emitido un mensaje con motivo de la Jornada de la Vida Consagrada.

Firmado por el presidente de la Comisión Episcopal que se encarga de los religiosos, el arzobispo Vicente Jiménez Zamora, el texto pide que la presencia de consagrados “tiene que ser signo y semilla de esperanza tanto en ambientes secularizados como en contextos de primer anuncio. Para ello es necesario que la vida consagrada, en sus múltiples formas y carismas, vida una renovada unión fraterna y se mueva en las fronteras, en los extrarradios del mundo, en los descampados existenciales”.

 


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