Los obispos colombianos lo apoyan, aunque ya no se someterá a referéndum
MIGUEL ESTUPIÑÁN (BOGOTÁ) | Once de la noche del 29 de noviembre. Tras un debate de 14 horas, el Senado de Colombia refrenda de manera congregacional el acuerdo firmado el día 24 entre el presidente Juan Manuel Santos y Rodrigo Londoño, comandante de las FARC. Para la redacción del documento se tuvieron en cuenta la mayoría de los reparos expresados por sectores políticos que capitalizaron el rechazo al acuerdo precedente, expresado en el triunfo del “No” en el plebiscito del 2 de octubre. Sin embargo, el Centro Democrático, principal partido de la oposición, liderado por Álvaro Uribe, mantiene su negativa frente a temas clave, como la elegibilidad política de exguerrilleros y su exigencia de que sus principales líderes vayan a la cárcel.
La Conferencia Episcopal de Colombia se ha pronunciado afirmando su compromiso con la paz. “Con espíritu de servicio, acompañaremos la implementación del acuerdo, como voz profética que interprete al pueblo colombiano, y de modo especial, a las víctimas del conflicto armado, a los campesinos, a las minorías étnicas y a los más pobres”, señaló la institución a través de un mensaje dado a conocer el 23 de noviembre por su presidente, Luis Augusto Castro, arzobispo de Tunja.
Un día antes, la Coalición Cristiana por la Paz, plataforma ecuménica que reúne a diversas expresiones de Iglesia, entre ellas la Conferencia de Religiosos de Colombia, había dado a conocer su preocupación por el asesinato de líderes sociales en distintas partes del país. “La muerte no puede imponerse sobre la vida; el pasado de exterminio de quienes tienen una manera diferente de pensar no se puede repetir”, afirmó el colectivo, sumándose a quienes vienen insistiendo en la necesidad de hacer frente al fenómeno paramilitar.
Al cierre de esta edición, estaba pendiente la refrendación del acuerdo en la Cámara de Representantes. La implementación de lo acordado entre el Gobierno y las FARC para avanzar en la construcción de la paz tiene todo por delante. Un desafío nada fácil en medio de la polarización que vive Colombia.
Publicado en el número 3.014 de Vida Nueva. Ver sumario
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