Con vistas a la tumba de Cristo

Santo Sepulcro de Jerusalén donde está la tumba de Cristo en obras por restauración noviembre 2016

Por primera vez en cinco siglos, un grupo de arqueólogos trabaja en la excavación y restauración del Edículo del Santo Sepulcro

Santo Sepulcro de Jerusalén donde está la tumba de Cristo en obras por restauración noviembre 2016

JUAN CARLOS RODRÍGUEZ | “El Santo Sepulcro es culmen y meta de la peregrinación cristiana: es lógico que los cristianos queramos tenerlo lo más cuidado y limpio posible”. Así justifica fray Luis Quintana Giménez, comisario de Tierra Santa de la Provincia franciscana de la Inmaculada, las obras de restauración y las excavaciones arqueológicas que, actualmente, se llevan a cabo en la basílica del Santo Sepulcro, en el corazón de Jerusalén. “La pretensión es restaurar y rehabilitar el Edículo completo: estructura, paredes, limpieza de la roca donde estuvo el Cuerpo del Señor”, explica.

“Una vez que esta primera y fundamental pretensión se consiga –añade–, se puede dejar visible parte de la roca en la que yació el Cuerpo de Cristo para que el peregrino pueda, como María Magdalena durante la mañana de la Resurrección, ser testigo de que Cristo ya no está allí: ¡Ha resucitado!”.

El Edículo de la basílica del Santo Sepulcro es la estructura que cubre la Capilla del Ángel y la cámara del Sepulcro. Es la primera vez, al menos desde 1555, que se retira la losa de mármol, las piedras sagradas que protegen la tumba. “En aquella ocasión era custodio de Tierra Santa fray Bonifacio de Ragusa, y el motivo fue también la realización de reformas en el Edículo, de lo que nos ha dejado una crónica muy interesante”, añade Quintana.

Ahora, él mismo expone la narración de cómo más de cinco siglos después se ha vuelto a entrar en la tumba de Jesús: “El punto culminante fue el miércoles 26 de octubre, por la tarde. A las 14:00 horas, el acceso al Edículo se cerró para comenzar con los preparativos, y a las 18:00 horas, las autoridades eclesiásticas de los griegos ortodoxos, de los franciscanos de la Custodia de Tierra Santa –fray Dobromir Jasztal, vicario de la Custodia; fray David Grenier, secretario de la Custodia, y otros tres franciscanos, entre ellos el P. Eugenio Alliata, arqueólogo del Studium Biblicum Franciscanum– y de los armenios ortodoxos pudieron entrar para ser testigos de lo que los arqueólogos estaban a punto de realizar: retirar la losa que ocultaba la roca donde estuvo el Cuerpo del Señor”.Santo Sepulcro de Jerusalén donde está la tumba de Cristo en obras por restauración noviembre 2016

Debajo del mármol, los arqueólogos de la Universidad Técnica Nacional de Atenas, bajo la dirección de Antonia Maropoulou, hallaron una gran cantidad de material de relleno. La excavación prosiguió hasta la roca donde yació el cuerpo de Cristo según el evangelio de Mateo. “En la parte de la tumba, la roca llega hasta unos dos metros de altura –explicó a la prensa Maropoulou–. Durante la restauración hemos podido constatar que fue protegida con otro muro de piedra revestido a su vez con losas que parecen de mármol pero que en realidad son otro tipo de piedra calcítica”.

Aunque, como fray Luis anuncia: “Respecto a esa roca donde resucitó el Señor, todo va a quedar como estaba antes, pero con algún punto de accesibilidad visual a la misma roca original de la resurrección; en concreto, una de las paredes que se mantiene y que antes no podíamos ver”.

Más o menos será similar a la ventana acristalada que ya existe en la tumba de María. “Significa que el cristiano, el peregrino, es consciente de que si vive, si está allí en Jerusalén esos días, es porque Cristo ha resucitado, dando su vida por él en la cruz –responde el franciscano a Vida Nueva–. Por eso, como cuidamos nuestra casa o nuestro coche, y con mayor esmero aquello que de verdad nos importa, también así cuidamos y restauramos la tumba vacía del Señor”.

Propiedad de tres comunidades

El encargo de las obras de restauración y excavaciones en los Santos Lugares se enmarca en los acuerdos entre las tres comunidades cristianas propietarias del Santo Sepulcro: griegos ortodoxos, franciscanos de la Custodia de Tierra Santa y armenios ortodoxos, que desde hace siglos se rigen por un acuerdo llamado Status Quo. Y este contempla que se puedan confiar las obras a importantes y especializadas empresas de todo el mundo. La restauración de la basílica de la Natividad, en Belén, se confió a la empresa y sociedad italiana Piacenti de Prato. Y la restauración del Edículo del Santo Sepulcro, a la Universidad Técnica Nacional de Atenas. “Todo ello verificado por las autoridades competentes y por dichas iglesias”, explica el comisario.

Lógicamente, la noticia ha tenido un eco e impacto extraordinarios: “No solo en Tierra Santa, sino en toda la cristiandad –describe fray Luis–. Basta pensar que se trata del lugar en el que Cristo fue sepultado y desde donde resucitó: esa roca fue testigo del Dios vencedor de la muerte, redentor de la humanidad. Por este hecho, todo tiene sentido, la vida y la muerte, la existencia de lo creado, el presente y el futuro”.

National Geographic fue la compañía elegida por franciscanos, armenios y griegos ortodoxos para difundir a todo el mundo la noticia y, además, participar en la excavación: “A National Geographic se le confió la grabación de imágenes y vídeos del descorrimiento de la losa del Santo Sepulcro –añade el religioso–, así como las obras que allí se hicieron. Se trata de una empresa dedicada a ello y que trabaja con mucha profesionalidad. Por eso, ya que era un acontecimiento único y muy especial, se pensó en ellos”.

Aunque el Edículo permanecerá cerrado hasta Semana Santa, la basílica del Santo Sepulcro es, más que nunca, la gran atracción de los peregrinos. “Todos los cristianos deberíamos visitarlo, al menos una vez en la vida. Desde la Custodia de Tierra Santa, y en cada país desde las diversas comisarías de Tierra Santa, organizamos decenas de peregrinaciones al año”, señala.Santo Sepulcro de Jerusalén donde está la tumba de Cristo en obras por restauración noviembre 2016

“Dios quiera que este año 2017 sea un año lleno de peregrinaciones –argumenta–, pues vamos a ver algo que millones de peregrinos han ansiado ver durante tantos siglos y no han podido: la basílica de la Natividad y el Santo Sepulcro restaurados”.

Una restauración urgente… desde 1947

En 1808, el Edículo ardió –aunque el mármol sobre la sagrada roca no llegó a verse afectado– y la comunicad griega ortodoxa erigió el actual templete o “casita”, como también se la conoce. Sin embargo, desde 1947 necesitaba una restauración urgente al agravarse los problemas de estabilidad, que habían comenzado veinte años antes con el terremoto de 1927. Hasta ahora se encontraba apuntalado con vigas de acero colocadas en 1934, que el equipo de cincuenta especialistas de la Universidad Técnica Nacional de Atenas va a retirar.

La profesora Antonia Maropoulou, directora científica de las obras, ya ha advertido que la restauración del Edículo debe completarse con la consolidación de los cimientos y, por tanto, del subsuelo en el que se encuentra la tumba. “Hemos detectado grandes filtraciones de humedad y un aumento del nivel freático que realmente pone en riesgo el Sagrado Edículo”, explicó. Ahora se inyecta material para consolidar la estructura y se colocarán pernos de titanio similares a los colocados en la Acrópolis de Atenas.

“Para las personas que están visitando el Santo Sepulcro actualmente, estas excavaciones y reformas no están suponiendo apenas trastorno en el ritmo de su peregrinación”, aclara fray Luis Quintana desde Madrid, a punto de volver a Tierra Santa. “Para los peregrinos futuros, todo lo que se está haciendo durante estos meses supondrá una gran alegría, pues se está limpiando, arreglando, solidificando y restaurando todo con mucha profesionalidad”.

Publicado en el número 3.014 de Vida Nueva. Ver sumario

 


LEA TAMBIÉN:

Compartir