La conectividad, un valor añadido dentro y fuera de la escuela


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PREGUNTA.- Desde el presente curso escolar estamos trabajando en ESO, en todas las materias, conectados a la Red: contenidos digitales, Internet como herramienta de aprendizaje, dispositivos móviles… ¿Qué riesgos puede conllevar? RESPONDE CARLOS BELLO GASTÓN, socio abogado de Alter Consultores.- A partir del comienzo de la era tecnológica en la escuela, estamos aprendiendo a gestionar esta tecnología en las aulas. De no existir una buena planificación, los mayores riesgos a los que nos enfrentamos en los centros son el acceso a contenidos no educativos y convertir la introducción de la tecnología en un fin y no en un medio. Pero si en el centro existe buena planificación, organización y formación, estos riesgos se minimizan.

Hoy en día, los centros educativos no pueden ni deben prescindir del contenido digital. La conectividad dentro del aula es un hecho; el docente no necesita de la clase magistral, donde se suceden una serie de informaciones sobre lo que él conoce, sino que gestiona el contenido digital, utiliza las herramientas que la tecnología le ofrece y se convierte en un “administrador del conocimiento”.

No obstante, es evidente que esta herramienta va más allá del aula: los alumnos están conectados en su casa y tienen la posibilidad de comunicarse con su profesor fuera del horario escolar; ellos tienen el poder de manejar cuándo y cómo aprenden fuera del aula. Todo un reto para la escuela y para la familia.

Por una parte, la escuela tiene que diseñar un plan riguroso para que la tecnología se convierta en un buen instrumento que potencie el aprendizaje del alumno, es decir, la capacidad que puede tener la Red para su formación y cómo utilizarla como herramienta rigurosa. Por otra parte, la familia debe diseñar un “plan de conectividad” para sus hijos, es decir, planificar y organizar el tiempo de conexión, controlar cómo se trabajan los contenidos digitales de aprendizaje, potenciar actividades de ocio y fomentar las relaciones personales en la familia.

La consulta que llega a nuestra mesa gira alrededor de los riesgos que supone estar dentro y fuera del aula conectados a la Red: quién decide y controla el contenido, qué responsabilidad tiene la escuela en los casos de un mal uso de estas comunicaciones digitales. Problemas como el ciberbullying (acoso escolar a través del correo electrónico, redes sociales, etc.) y grooming (acoso sexual por parte de adultos) son, desgraciadamente, realidades a las que podemos enfrentarnos y debemos integrar en la política institucional del centro, con el fin de salvaguardar los derechos e integridad de nuestros alumnos.

Es importante que desde los centros se tienda a contextualizar el aprendizaje, es decir, observar la sociedad en la que vivimos y construir una escuela que nos eduque para crear un mundo mejor. Y para ello tenemos que formarnos para llevar a cabo un modelo educativo donde la tecnología sea un medio, no una finalidad; formarnos para un buen uso de las comunicaciones digitales; y, sobre todo, formarnos para un cambio metodológico donde los alumnos disfruten con el aprendizaje y sean los protagonistas del mismo con normas y límites.

Ser conscientes de esto y planificar bien el contenido digital y la conexión al servicio del aprendizaje disminuirá los temores y los riesgos, convirtiendo la conectividad en un valor añadido dentro y fuera de la escuela.

La cifra

91% de los niños y niñas entre 10 y 15 años son usuarios habituales de Internet.

Publicado en el número 3.009 de Vida Nueva. Ver sumario

 

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