ARGENTINA: Aprender a comprender

La Fundación SM realizó un nuevo seminario de formación y reflexión para docentes

Una vez más la Fundación SM demostró estar al servicio de la educación de una manera activa y sumamente actualizada. Junto con la Academia Nacional de Educación (ANE) y la Universidad Católica Argentina (UCA), el viernes 19 de agosto realizó el seminario Aprender a comprender. Un encuentro para pensar la escuela del siglo XXI. Fue en el Auditorio Monseñor Derisi de la UCA, en donde un centenar de docentes tuvieron la oportunidad de profundizar acerca de las nuevas realidades que deben enfrentar cada día en su labor educativa.

Como siempre, reconocidos expertos estuvieron al frente de las ponencias que durante toda la mañana hicieron reflexionar a los educadores presentes (y a los miles que siguieron el seminario de forma online en www.sm-argentina.com) sobre las generaciones que ocupan hoy las aulas, cada vez más reticentes a los libros y a la enseñanza enciclopedista que caracteriza al sistema educativo argentino.

En la apertura, Beatriz Balian, presidenta de ANE, dio el puntapié conceptual de este encuentro, poniendo énfasis en los dos términos que conformaron el título del seminario con la pregunta: “¿aprender para comprender o comprender para aprender? ¿Cómo se juega con estas palabras?”. Y puntualizó: “los desafíos en la educación no pasan solo por conocer de que va la tecnología sino por comprender los contextos socio -históricos”.

El seminario continuó con una entrevista que Jorge Ratto, miembro de la ANE, le realizó a Samanta Bonelli, integrante de la Secretaría de Evaluación Educativa del Ministerio de Educación de la Nación. Ellos conversaron acerca de los desafíos de enseñar a los niños y adolescentes de hoy, teniendo como eje de la charla la mejora y la calidad educativa en tiempos de profundos cambios, a causa del devenir tecnológico. Ratto destacó la necesidad de instalar la cultura profesional en los docentes, una idea que no tiene que ver solo con la idoneidad de la profesión, sino con la autoestima, “es decir, con la confianza y la credibilidad de la tarea que hacemos los docentes, habilidades que tienen que ver con la empatía que levanta las barreras comunicacionales”.

A su turno, Bonelli sostuvo que en la escuela, “la evaluación está vista como una herramienta de sanción. Lo que tenemos que lograr es instalar una cultura que jerarquice la evaluación como un elemento necesario para la mejora de los métodos educativos”.

Más tarde, Cecilia Velada, directora ejecutiva del Instituto Nacional de Formación Docente, presentó los avances del Plan Nacional de Formación Docente Argentina Enseña y Aprende, el cual tiene como objetivo “garantizar la cantidad necesaria de docentes en la titulación correspondiente, mejorar la calidad de la formación inicial y fortalecer las prácticas de los docentes y directores en ejercicio”.

Gabriela Azar, Subsecretaria de Planeamiento e Innovación Educativa, planteó los distintos retos que tiene la formación docente en la Ciudad de Buenos Aires. Se trata de una realidad propia de los grandes centros urbanos del país y en muchos países de la región, quienes hoy ya reciben en sus aulas “para formarse como profesores” a jóvenes que forman parte de la generación de los nativos digitales.

Después de una breve pausa, tomó la palabra Pedro Luis Barcia, también miembro de la ANE. Con su humor característico y su verbosidad de calidad humana e intelectual, planteó los aspectos principales que se deben tener para “aprender a comprender”, una tarea que implica a todos los adultos que interactúan cotidianamente con los chicos, no solamente los docentes. Para esto indicó que ambas palabras “son conceptos que se adquieren y que no se excluyen entre sí” y que “necesitan enriquecerse a medida que se avanza en los niveles educativos y se incorporan nuevas experiencias”. Finalmente, la ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, Soledad Acuña, tuvo a su cargo el cierre de la jornada. En su exposición puso énfasis en la actualización que debe hacerse en las políticas educativas para poder responder eficientemente a las demandas de las nuevas generaciones que cada año van llegando a la escuela como alumnos.

De esta manera, la Fundación SM sigue comprometida con valiosas propuestas de formación para los educadores que hoy tienen el desafío de enfrentarse a las generaciones de niños y adolescentes que ya traen incorporado en su capital intelectual los conocimientos que entrega la tecnología, sin más mediación que un dispositivo móvil.

NICOLÁS MIRABET. BUENOS AIRES

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