Miguel Ángel Ayuso: “El diálogo interreligioso no tiene nada de ‘buenismo’”

Miguel Ángel Ayuso, secretario del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso

Secretario del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso

Miguel Ángel Ayuso, secretario del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso

RUBÉN CRUZ | El comboniano Miguel Ángel Ayuso ha participado, del 4 al 7 de julio, en la 69ª Semana Española de Misionología de Burgos, centrada en esta ocasión en el diálogo interreligioso. El número dos del cardenal Tauran en el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso ve en el diálogo el instrumento necesario para fagocitar los fundamentalismos. Y no como “algo abstracto, sino en el diálogo del día a día”.

PREGUNTA.- Hoy más que nunca, ¿es el diálogo interreligioso necesario para frenar al ISIS?

RESPUESTA.- Estamos viviendo una situación particular a nivel global y hoy el diálogo interreligioso ha adquirido una relevancia que no se puede ignorar. La humanidad está herida y necesitamos curar esta herida abierta a causa de la violencia yihadista, las discriminaciones, la falta de derechos fundamentales… El Papa trata de dar contenidos para la construcción de la Casa Común, y para construirla necesitamos contrarrestar esta violencia y estas discriminaciones proponiendo un diálogo que no tiene nada de buenismo, como algunos creen.

P.- ¿Y cómo podemos llevar a cabo este diálogo?

R.- Está claro que es un diálogo exigente, porque requiere mantener nuestra propia identidad, porque si la perdemos caemos en el relativismo. Necesitamos empatía para poder colaborar en la construcción de nuestra Casa Común promoviendo el bien común, la fraternidad y una humanidad que comparta sus ilusiones por un mundo mejor. Es un diálogo que hay que armonizar. La comunidad internacional, con leyes internacionales, tiene que trabajar para que la justicia y la paz puedan ser protagonistas y acabar con la violencia y luchar contra el cáncer del yihadismo que inunda el mundo.

P.- Interesa a todos, independientemente de la religión que se profese…

R.- Claro, los diferentes líderes religiosos proponen valores de su tradición para promover este diálogo. Partiendo de nuestras sanas diferencias, lo importante es que sepamos mirarnos los unos a los otros con estima para conocer lo que hay en el corazón de cada ser humano. No tiene que ser algo abstracto, se hace con personas concretas en la vida cotidiana. Los misioneros llevan a cabo este diálogo con familias, en la escuela… Es su deber. Se trata del diálogo del respeto y de la amistad. Hay que reconocer la dignidad de cada persona, promover y proclamar que existen derechos, construir puentes, condenando todo tipo de violencia. Necesitamos una sociedad inclusiva, en la que trabajemos juntos contra la cultura del descarte.

P.- Y la promoción del diálogo ha sido signo de los últimos pontificados…

R.- Francisco llama a promover el respeto recíproco en continuidad con lo que los precedentes pontífices han propuesto desde Nostra Aetate. Pablo VI propuso un diálogo con el mundo, que Juan Pablo II enriqueció promoviendo la cultura de la paz con el Encuentro de Asís en 1986. Benedicto XVI propuso un diálogo de la caridad en la verdad, un servicio a la familia desde el diálogo para evitar sincretismos, porque el diálogo se construye desde la diferencia.

P.- Habla de ‘Nostra Aetate’. Es un documento de hace medio siglo, pero hoy continúa siendo vigente…

R.- El documento es de rabiosa actualidad. Es una brújula que hoy nos puede orientar en nuestro camino de promoción del dialogo interreligioso. Nostra Aetate parece que está escrito para nuestros días.

P.- El papa Francisco insiste constantemente en la necesidad del diálogo interreligioso…

R.- De hecho, podría decir que no hay un día en que Francisco no hable sobre el diálogo interreligioso, en público o en privado. El Papa nos propone en el Jubileo de la Misericordia diálogo que traiga respeto recíproco para reconocer la dignidad humana y poder promover la amistad, creando comunión y unidad entre las diferentes denominaciones cristianas. Colaborando hombro con hombro con las distintas tradiciones religiosas para promover esta convivencia entre pueblos. Las palabras de Francisco son como un bálsamo más allá de la creencia religiosa, porque la gente ve en él una voz autorizada moralmente a nivel mundial en medio de los desafíos de la gran familia humana.

En el nº 2.996 de Vida Nueva

 


LEA TAMBIÉN:

Compartir