URUGUAY: Laicidades enfrentadas

Polémica por una imagen de la Virgen que quiere instalarse en la rambla de Montevideo

Desde declaraciones de parlamentarios hasta discusiones en Facebook, pasando por debates en los medios y en asados de domingo: si bien sería un exceso afirmar que el país está conmocionado por la polémica, sí es cierto que es una discusión que toca una fibra íntima de la sociedad uruguaya y, como tal, ha generado un considerable nivel de revuelo que no es despreciable. Sabemos que la laicidad es tema importante en Uruguay, pero hoy la discusión se centra en qué significa esa laicidad.

A principios del mes pasado, la Intendencia de Montevideo aprobó un proyecto para colocar una imagen de casi cuatro metros de la virgen María en la rambla, frente al puerto del Buceo. La iniciativa la planteó al organismo el cardenal Daniel Sturla, motivado porque desde hace cinco años que en enero la Iglesia convoca allí a un rezo del rosario por las familias. Los costos de este proyecto serían asumidos totalmente por la Iglesia, solventándolos con donaciones de los fieles.

Si bien la Intendencia dio el visto bueno a la propuesta, necesita contar con la aprobación de la Junta Departamental. Allí es donde la polémica se vuelve pública porque, si bien todavía no ha habido un pronunciamiento oficial, varios de sus ediles se pronunciaron en contra.

 

Contra el espacio público

Mariana Felártigas, integrante de la Junta por el partido de gobierno, opinó que la colocación de imágenes religiosas “no colabora” con el respeto a los espacios públicos, y se le “debe poner un alto”. Por su parte, Sebastián Valdez –también del Frente Amplio– afirmó: “En un país laico debería respetarse cualquier tipo de credo y tendríamos que colocar en cualquier lugar público algo que represente a todas las creencias que tenemos, lo cual sería imposible”.

“No se trata de prohibir las manifestaciones públicas de la religiosidad como puede ser la procesión de Corpus Christi. Pero no se puede sacar al Estado de la neutralidad y dar un espacio público a una confesión”, manifestó el diputado del Partido Colorado Ope Pasquet. A su vez, cuatro diputados de cada uno de los partidos principales hicieron pública una carta donde apoyan el proyecto, argumentando ya que existen otros monumentos a personajes religiosos y filosóficos en el espacio público, como el de la diosa afroumbandistaIemanjá o el de Confusio, también en la rambla.

Sumándose al debate, un conjunto de agrupaciones que abogan por la laicidad enviaron una carta al Intendente: “La laicidad es la libre manifestación de todas las concepciones religiosas, políticas e ideológicas en igualdad de condiciones, sin preferencias para una en particular, en función de su peso o tradición social o alguna otra consideración particular(…) Consagrar favoritismos implica romper una regla fundamental de la democracia republicana y laica”.

Quienes argumentan a favor sostienen que la laicidad, bien entendida, no debe volver ascéptico el espacio público y confinar lo trascendente a la esfera personal, sino que debe habilitar la pluralidad de manifestaciones. Así cómo puede haber una plaza nombrada en honor a un dirigente político de otro partido, no tendría por qué resultar ofensiva una imagen de una religión que uno no comparte.

Sturla, que tiene un libro publicado sobre el proceso de secularización uruguayo, confesó que no se esperaba esta polémica, aunque tampoco le sorprende. Él considera que el país ha ido caminando hacia una laicidad más positiva e inclusiva, especialmente desde el restablecimiento democrático en los 80. Por eso consideró que “sería una pena” que se rechazara el proyecto, porque sería “un retroceso en este camino del Uruguay plural”.

El tema ahora está en manos de la Comisión Nomenclatura de la Junta Departamental, pero ya se ha expresado que a pesar de la polémica el tema será tratado “sin apuro”, porque hay otros temas más urgentes en la agenda.

MARTIN DE SALTERAIN. MONTEVIDEO


 

 ¿Francisco en Uruguay?

Durante la primera semana de marzo se reunió en el Vaticano la Pontificia Comisión para América Latina. Como miembro, participó el cardenal Sturla quien, luego de la reunión fue recibido por el papa Francisco. Días más tarde, el arzobispo declaró en radio Oriental: “Le envié al Papa los saludos del Uruguay y le dije que había mucha gente que rezaba por él (…) que lo estábamos esperando. Me envió una bendición pero no me dijo nada en cuanto a la posible visita a Uruguay”.

 

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