Francisco abre 2016 a la misericordia

El Papa inicia el año con la apertura de la Puerta Santa en Santa María la Mayor

El papa Francisco atraviesa la Puerta Santa de la basílica de Santa María la Mayor para celebrar el Año Nuevo

El papa Francisco atraviesa la Puerta Santa de la basílica de Santa María la Mayor para celebrar el Año Nuevo

JOSÉ BELTRÁN | “Quien atraviesa ese umbral está llamado a sumergirse en el amor misericordioso del Padre, con plena confianza y sin miedo alguno”. El papa Francisco ha estrenado el nuevo año volcado en el Jubileo de la Misericordia. Por eso, a la habitual eucaristía y al saludo de Año Nuevo desde los apartamentos pontificios, se sumó el 1 de enero la apertura de la Puerta Santa de la Basílica de Santa María La Mayor.


Acompañado por el cardenal español Santos Abril, arcipreste de Santa María la Mayor, Francisco celebró la eucaristía en el templo que visita antes de comenzar y al regresar de sus viajes apostólicos para encomendarse a la Virgen.

“María es Madre de Dios que perdona, que da el perdón, y por eso podemos decir que es Madre del perdón”, subrayó el Papa, que reflexionó sobre cómo perdonar es un palabra “tan poco comprendida por la mentalidad mundana, indica sin embargo el fruto propio y original de la fe cristiana. El que no sabe perdonar no ha conocido todavía la plenitud del amor. Y sólo quien ama de verdad es capaz de llegar a perdonar, olvidando la ofensa recibida”.

Tomando este término como vocabulario fundamental para entender la misericordia de Dios, Jorge Mario Bergoglio se centró en la madre de Jesús, “icono de cómo la Iglesia debe extender el perdón a cuantos lo piden. La Madre del perdón enseña a la Iglesia que el perdón ofrecido en el Gólgota no conoce límites. No lo puede detener la ley con sus argucias, ni los saberes de este mundo con sus disquisiciones”.

De esta manera, dedujo que “el perdón de la Iglesia debe tener la misma amplitud que el de Jesús en la Cruz, y el de María a sus pies. No hay alternativa”. Además, destacó que “la esperanza, la gracia y la santa alegría son hermanas: todas son don de Cristo, es más, son otros nombres suyos, escritos, por así decir, en su carne. El regalo que María nos hace al darnos a Jesucristo es el del perdón que renueva la vida, que le permite cumplir de nuevo la voluntad de Dios”.

La mirada fija en María

Ya en la eucaristía que celebró por la mañana en la Basílica de San Pedro, con motivo de la Solemnidad de María Santísima, Madre de Dios, se fijó de nuevo en María. “A través de ella, a través de su «sí», ha llegado la plenitud de los tiempos”, comentó el Papa, que se sirvió precisamente de la mención de la carta de Pablo a los Gálatas a esa “plenitud de los tiempos” para reflexionar sobre la promesa de Dios con los hombres hoy.

“La plenitud de los tiempos parece desmoronarse ante la multitud de formas de injusticia y de violencia que hieren cada día a la humanidad”, sentenció el Papa, que se preguntó a continuación: “¿Cómo es posible que perdure la opresión del hombre contra el hombre, que la arrogancia del más fuerte continúe humillando al más débil, arrinconándolo en los márgenes más miserables de nuestro mundo? ¿Hasta cuándo la maldad humana seguirá sembrando la tierra de violencia y odio, que provocan tantas víctimas inocentes?”

Desde estas interrogantes, el obispo de Roma apuntó que frente al “río de miseria en crecida” que se ve en el mundo, hay también un “océano de misericordia”. De nuevo su mirada al Jubileo, le llevó a invitar a los fieles que le escuchaban a dejarse “regenerar para vencer la indiferencia que impide la solidaridad y salir de la falsa neutralidad que obstaculiza el compartir”.

49° Jornada Mundial de la Paz

Durante este primer del año, Francisco abordó el rezo del Ángelus desde la 49° Jornada Mundial de la Paz, que este año tiene por lema Vence la indiferencia y conquista la paz. “La paz, que Dios Padre desea sembrar en el mundo, debe ser cultivada por nosotros. No sólo, debe ser también ‘conquistada’. Esto implica una verdadera lucha, una lucha espiritual que tiene lugar en nuestro corazón”, anunció Francisco que quiso poner en valor cómo “abrir el corazón, despertando la atención hacia el prójimo” se convierte en “el camino para la conquista de la paz”.

 

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