El obispo argentino de Zárate se retira a “orar y reflexionar”

Malversación de fondos y otras conductas inapropiadas podrían ser la causa de la renuncia Óscar Sarlinga

Óscar Sarlinga

NICOLÁS MIRABET (BUENOS AIRES) | “Juntamente con las instancias de la Santa Sede hemos elegido este día, el de la peregrinación diocesana del Pueblo de Dios a Luján, para decirles con todo cariño y con toda paz que esta es la última misa que celebro con la comunidad diocesana”. Con estas palabras, el pasado domingo 1 de noviembre Óscar Sarlinga, obispo de Zárate-Campana, se despedía de su diócesis desde el ambón del santuario nacional que congrega cada fin de semana a miles de fieles de la Virgen Gaucha.

El prelado, de 52 años de edad, sorprendió por la forma en que anunció su dimisión, habida cuenta de que, según lo establecido por el Código de Derecho Canónico, todavía tiene por delante más de veinte años más para desplegar su tarea episcopal.

“Hace varios meses le he pedido al papa Francisco un tiempo especial de oración y de preparación para el Año de la Misericordia”, prosiguió ante una feligresía ciertamente sorprendida. Y aclaró a continuación: “Tengo que decir, porque es de justicia y de comunión, que en diálogos sucesivos con el Papa, me ha expresado su comprensión y ha acogido mi petición que será hecha efectiva en los próximos días. Quiero un tiempo de oración y de reflexión por el Año de la Misericordia antes de asumir otra misión eclesial”.

Denuncias

Múltiples denuncias de malversación de los subsidios que el Ministerio de Desarrollo Social de la provincia de Buenos Aires destina habitualmente a Hogares de menores, “que no habrían sido correctamente utilizados por el polémico obispo”, y otras que apuntan al uso de la personería jurídica del seminario San Pedro y San Pablo para un supuesto lavado de dinero, precipitaron su renuncia a la sede episcopal. A ellas se sumaron diversas acusaciones de laicos y sacerdotes por maltratos, abuso de poder y comportamientos inapropiados.

El desprestigio del ya emérito Óscar Sarlinga alcanzó su cota máxima cuando trascendió que, amparado en la supuesta gestión de una fundación a su nombre (Missum), adquirió un piso de unos 200 metros cuadrados en Recoleta, unos de los barrios porteños más costosos y elegantes de la Ciudad de Buenos Aires.

Pero su errática conducta no se restringió a tales defraudaciones. También se le reprocha al obispo el tráfico de influencias que promoviera, durante el gobierno del fallecido Néstor Kirchner, con relevantes figuras del poder político y con el entonces secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone, que habría tenido como objetivo desplazar a Jorge Mario Bergoglio del Arzobispado de Buenos Aires y dejar a Sarlinga al frente de la sede primada de Argentina.

El mapa episcopal de Francisco

Con velocidad inusitada, el lunes 3 de noviembre se daba a conocer la aceptación de la renuncia de Sarlinga por parte del Papa y la inmediata designación de Pedro María Laxague, de 63 años de edad, hasta ese momento obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Bahía Blanca, como obispo de Zárate-Campana. El mismo día, Francisco aceptaba también la renuncia de Guillermo Garlatti, arzobispo de Bahía Blanca, a su ministerio pastoral. Aunque cabe aclarar que esta dimisión, a diferencia de la primera, corresponde a lo establecido por el Código de Derecho Canónico, en razón de su edad (75 años). Al mismo tiempo, nombraba como arzobispo coadjutor de esta arquidiócesis al dominico Carlos Azpiroz Costa, quien fuera maestro general de la Orden de Predicadores entre 2001 y 2010.

En el nº 2.964 de Vida Nueva

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