La convivencia, utopía necesaria

Aprender a vivir juntas y juntos hoy se constituye en uno de los cometidos esenciales para salir del camino viciado por la corrupción, la injusticia y la guerra.

En este sentido, el informe que elaboró Jacques Delors en 1996 para la UNESCO planteaba la necesidad de implementar una pedagogía de la convivencia, como un esfuerzo permanente de reflexión crítica, inspirada en valores humanos sobre los problemas y potencialidades de la convivencia en los procesos sociales y educativos. Lo anterior ha permitido comprender que la convivencia debe ser un proyecto humano que motive a pensar y a proponer principios que orienten a cómo convivir mejor ahora y aprender a convivir para después. Es un gran principio que hoy se debería retomar desde el campo de la educación priorizando habilidades, no sólo de orden cognitivo, sino también todas aquellas de carácter social y ético que permitan potenciar las relaciones interpersonales para aprender a convivir pacíficamente; pero, además, para ser conscientes de que cuando la convivencia se asume como proyecto humano se constituye en una propuesta de vínculos entre personas y exige la construcción de proyectos comunes que reflejan nuestras diferencias y nuestras semejanzas. Esto exige asumir la diversidad humana en el respeto mutuo, en la acogida y en la tolerancia entendida como reconocimiento del otro y no como condescendencia frente a un posible ser inferior. Ojalá, cada vez más, despertemos desde el corazón y asumamos la reconstrucción de esta sociedad haciendo realidad la convivencia con responsabilidad y justicia.

Amparo Novoa Palacios, S.A.

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