Contra el nacionalismo que rompe Europa

Justicia y Paz alerta del auge del populismo xenófobo y excluyente en la UE

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Simpatizantes del racista Pegida se manifiestan en Newcastle

Justicia y Paz Europa, red que cuenta con 31 delegaciones nacionales y cuya sede está en Bruselas para tratar de influir en el día a día del Parlamento Europeo, se muestra preocupada por el “florecimiento de partidos que defienden la supremacía de los limitados intereses nacionales sobre los valores humanos universales”. Así lo expresan en una carta dirigida estos días a los representantes de la Unión Europea (UE) y al conjunto de la sociedad: “Pedimos que se unan al desarrollo de una respuesta contundente contra el crecimiento del racismo y la xenofobia en Europa, con el fin de garantizar el respeto de los derechos de cada individuo y de buscar la unidad en la diversidad como base de una sociedad rica y verdaderamente humana”.

A juicio de los firmantes del mensaje, que se titula El nacionalismo de exclusión, “el nacionalismo tiene distintos significados a lo largo de Europa”, aclarando que sus críticas no se dirigen contra colectivos “nacionalistas que piden más autonomía o un estado específico para su nación o grupo étnico”, pues se trata de “un objetivo político legítimo y que no puede condenarse mientras se lleve a cabo por medios democráticos”. “Lo que nos preocupa –advierten– es la tendencia creciente de buscar popularidad y poder a través de políticas simplistas y consignas basadas en la idea de que la prosperidad y la seguridad solo pueden lograrse mediante medidas nacionales unilaterales y, si fuera necesario, en detrimento de otros pueblos”. De ahí que denominen a este como “nacionalismo de exclusión”.

“Estos eslóganes –abundan– suelen tener cabida en las principales corrientes mediáticas, que los magnifican y que orientan la agenda política general de un país en una dirección nacionalista. A menudo, son racistas o xenófobos en sus afirmaciones e inevitablemente nos recuerdan las políticas beligerantes y ultranacionalistas que precedieron a las dos guerras mundiales”.

Ante la evidencia de que, a la hora de proponer “soluciones fáciles”, los políticos populistas apelan al rechazo al inmigrante, desde Justicia y Paz reivindican que “la migración es el fundamento de la existencia de la humanidad. A las causas históricas de la migración, como la presión demográfica y el conflicto político o religioso, ahora hay que añadir el cambio climático. Estas presiones continuarán y, en algunas circunstancias, se intensificarán”. Por otro lado, argumentan, “las sociedades que envejecen rápidamente en Europa se enfrentan a una creciente escasez de mano de obra”.

De modo que “ignorar estas realidades y persistir en la detención del flujo de migratorio por un cierre total de las fronteras es, a la vez, inhumano y poco realista. Se deben buscar otras soluciones a nivel europeo e internacional: compartir la responsabilidad de acoger a los refugiados en dificultades a nivel europeo; contribuir al marco del derecho internacional para la solución pacífica de los conflictos y la reconstrucción de los estados de crisis; el fortalecimiento de la ayuda al desarrollo para permitir a las personas quedarse o regresar a su país de origen; y la integración de los extranjeros en nuestras comunidades. Estas soluciones, aunque más complicadas, ofrecen las únicas opciones dignas y practicables”.

“Para los cristianos –concluyen–, la nación no puede ser un valor supremo y los sentimientos de supremacía nacional son injustificados. La visión cristiana de la justicia universal y de la paz no permite ningún tipo de chovinismo”.

M. Á. Malavia

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