Padre Gabriel Naranjo, CM. Secretario General de la CLAR

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“La Vida Consagrada debe despertar al mundo”

Cuando Jorge Mario Bergoglio era provincial de los jesuitas, también era vicepresidente de la junta directiva de la Conferencia Argentina de Religiosos (CONFAR). Al evocar este hecho Gabriel Naranjo Salazar, secretario general de la Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR), afirma que “este año de la Vida Consagrada es una año que refleja mucho al papa Francisco”. En diálogo con Vida Nueva el sacerdote vicentino analiza las implicaciones del año de la Vida Consagrada en el actual contexto socio-eclesial.

¿Cuál es el llamado más acuciante de la Iglesia con motivo del año de la Vida Consagrada?

Considero que el resumen de la invitación que hace la Iglesia y sobre todo el papa Francisco es a que “despertemos al mundo”. Es una de las palabras que más repite el Papa en sus discursos y mensajes a la Vida Consagrada. Yo creo que él es consciente de que el mundo de hoy se encuentra como anestesiado y cree que la Vida Consagrada, con su vocación profética y su experiencia de Dios, debe despertarlo.

¿Cómo está respondiendo la Vida Consagrada a esta invitación?

Hay un interés extraordinario tanto a nivel de las bases de la Vida Consagrada como de los jóvenes y de las fraternidades, lo mismo que a nivel de los organismos de animación, de las curias generalicias y provinciales, y de las instituciones como la CLAR y la CRC [Conferencia de Religiosos de Colombia], que están dedicadas a colaborar en la animación de la Vida Consagrada. 

También hay un significativo esfuerzo, por parte de los obispos, para que el año de la Vida Consagrada no se reduzca a ser un año “de los religiosos y para los religiosos”, sino “de la Iglesia y para la Iglesia”. Las Conferencias Episcopales han hecho bastante en ese aspecto, pero me parece que se corre ese peligro, sobre todo en quienes recae la animación más directa de la Iglesia, como lo son los párrocos. 

Inmersión en el mundo

¿Qué características debe tener una Vida Consagrada que se compromete a “despertar al mundo”?

Primero, que sea una Vida Consagrada en relación con el mundo. Es necesaria la “inmersión en el mundo”, no la “fuga del mundo”, como se entendía antes. Yo creo que una parte del problema de la Vida Consagrada es que la vivencia de los consejos evangélicos, por medio de los votos, no se está asumiendo en diálogo con el mundo. Por eso hay que resignificarse como Iglesia y como Vida Consagrada, para entrar en ese diálogo.

También me parece que es muy importante que la Vida Consagrada se ponga en dinámica de “salida misionera”, como propone el papa Francisco. Sensible a este asunto, creo que el Papa quiere hacer ver que la Vida Consagrada todavía tiene mucho qué decirle al mundo. Él ha dicho que prefiere una Vida Consagrada accidentada porque sale, a una Vida Consagrada enferma porque permanece en casa autorreferenciándose. 

Y un tercer elemento que me parece fundamental es una Vida Consagrada comprometida con la ciudadanía teológica de los pobres, porque esa es la señal de que el Reino ha llegado, y la Vida Consagrada se justifica en función del Reino de Dios. Los religiosos podremos ser lo que se espera que seamos en estos tiempos históricos, si nos comprometamos cada vez más con los pobres, pero también con una antropología del pobre, es decir, con una propuesta de vida inspirada en lo que son los pobres: desprendidos, creativos, solidarios, abiertos a lo trascendente, a la relación con Dios… en últimas, es necesario que seamos pobres. 

Concretamente, en Colombia ¿qué acciones y dinamismos está generando el año de la Vida Consagrada? 

En Colombia hemos logrado una coordinación básica por parte de la CRC, del departamento de Vocaciones y Ministerios de la Conferencia Episcopal y de la CLAR. Eso me ha llamado la atención, porque la Conferencia Episcopal recurrió a nosotros con buen sentido común para que le ayudáramos a concretar un proyecto que es muy claro en su intención de hacer del año de la Vida Consagrada un año de la Iglesia. Estos dinamismos están ayudando a que se comprenda que la Vida Consagrada pertenece no a los religiosos que optan por ella, sino a toda la Iglesia, y que es un don para toda la Iglesia también. 

En cuanto a los programas que se han previsto, pienso que en realidad son bastante celebrativos pero se está caminando hacia propuestas que concienticen un poco más sobre el papel de las religiosas y los religiosos, para posicionar más a la Vida Consagrada, sobre todo en las parroquias y en las diócesis. También se vislumbran ideas más renovadoras para que los sacerdotes conozcan la Vida Consagrada y para que los seminaristas, en su proceso formativo, estudien la teología de la Vida Consagrada. 

Otras actividades que tienen que ver con la incidencia de la Vida Consagrada en la sociedad, en relación con los pobres y con la llegada del Reino, no se han planteado pero irán apareciendo también, sobre todo en algunos focos de sensibilidad por estos aspectos, por ejemplo los lugares de presencia misionera.

Es muy importante ponerse en dinámica de salida misionera

Es muy importante ponerse en dinámica de salida misionera

Acontecimiento eclesial

¿Cómo se relaciona el congreso que tendrá lugar en Bogotá, en junio de 2015, con el año de la Vida Consagrada?

Precisamente la CLAR había programado un congreso de Vida Consagrada con motivo de los 50 años de la Perfectae Caritatis, que es el decreto del Concilio Vaticano II para la renovación de la Vida Religiosa. Se anticipó a programar este congreso y resulta que después vino la propuesta del Papa de dedicar este año –quizás con el mismo motivo de la Perfectae Caritatis– a la Vida Consagrada. Entonces, nosotros lo hemos recibido con mucho entusiasmo. 

Para la CLAR el congreso es como la idea bandera de la celebración del año de la Vida Consagrada, en dos sentidos. Primero, en el sentido de que este año y el congreso no sean asuntos meramente celebrativos sino proyectivos, para renovar nuestras opciones. En segundo lugar, deseamos que el congreso y el año de la Vida Consagrada sean un acontecimiento eclesial. 

Realmente, lo más importante es vislumbrar no tanto una nueva Vida Consagrada, sino una Vida Consagrada nueva. Creemos que todo esto puede dar pie a una manera nueva de vivir la Vida Consagrada. Es lo que el congreso pretende.

Texto: Óscar Elizalde Prada

Fotos: CLAR

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