El obispo de Santander, contra la mercantilización del domingo

Pide por carta pastoral que las autoridades preserven su carácter de día de descanso

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P. E. P. | El obispo de Santander, Vicente Jiménez Zamora, acaba de sumarse a otros muchos pastores –entre ellos a los que integran la Comisión de Conferencias Episcopales de la Comunidad Europeas (ver Vida Nueva, nº 2.906)– al pedir a las autoridades públicas que preserven el domingo como un día de descanso en lugar de hacer de él, por las presiones comerciales, “un día laborable más”.

Y lo ha hecho en su carta pastoral La santificación del Domingo [ver nota de prensa], donde señala que mantener ese carácter sagrado “nos exige un esfuerzo común”. Por ello, a pesar de las “presiones económicas, políticas y de la liberación de horarios comerciales”, el obispo recuerda a los poderes públicos que “deben asegurar a los ciudadanos” un tiempo destinado al descanso, porque el hombre no está hecho “solo para trabajar, sino también para descansar”, según informa la diócesis cántabra.

Jiménez considera que hoy, en los países en los que las leyes establecen el carácter festivo de ese día, la evolución de las condiciones sociales y económicas ha terminado por modificar los comportamientos colectivos y la fisonomía del domingo. Asimismo, lamenta que cuando el domingo “pierde su significado originario” y se reduce a un “puro fin de semana”, el hombre queda “encerrado” en un horizonte “tan estrecho” que no le permite ya ver el “cielo”. Entonces, “aunque vestido de fiesta, interiormente es incapaz de hacer fiesta”.

En el nº 2.907 de Vida Nueva

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