La primera “Solemnidad” de santa Laura Montoya

Medellín y otras regiones celebraron el día de la primera santa colombiana

 

21-Oct.-2013-Sta

Desde el pasado 12 de mayo, cuando el papa Francisco canonizó a la madre Laura Montoya, la antioqueña comenzó a hacer parte del libro de los Santos y oficialmente se autorizó su culto en todo el mundo católico. Es así como el pasado 21 de octubre se conmemoró, por primera vez, la festividad de santa Laura, que el calendario litúrgico registra como “Solemnidad”.

Ese día, el arzobispo de Medellín, monseñor Ricardo Tobón Restrepo, presidió una Eucaristía en la Catedral Metropolitana, acompañado por los obispos auxiliares, varios sacerdotes, religiosas, religiosos y una nutrida participación de fieles de “la ciudad de la eterna primavera”, donde veneran a la santa paisa.

Unos días antes, el 10 de octubre, monseñor Tobón había dedicado el Santuario de la luz en el barrio Belencito, –donde reposan los restos de la santa– a María Inmaculada, patrona y titular de las Misioneras de la Madre Laura (Lauritas), donde también consagró el nuevo altar del templo.

No fueron los únicos actos celebrativos. Previamente, en el mismo Templo de Belencito, la familia Laurita (misioneras, misioneros y seglares) animó la novena a santa Laura desde el 12 de octubre, con la participación activa de las vicarías de la Arquidiócesis, donde también fueron acogidas, por esos días, las reliquias de la santa. A su paso por las diferentes parroquias e instituciones, parecía que se cumplía el deseo vehemente que en vida había expresado a Dios: “no me des reposo ni en la tierra ni en el cielo, mientras tú seas desconocido”.

Como expresión de gratitud por la vida y el testimonio de la primera santa colombiana, las celebraciones eucarísticas fueron la nota característica de la primera Solemnidad de santa Laura. De manera particular, las Hermanas Lauritas renovaron su compromiso con la misión que heredaron de su fundadora, y así lo manifestaron en la celebración que presidió monseñor Ignacio Gómez Aristizábal, en la que nueve hermanas renovaron sus votos religiosos tras 50 años de entrega al Señor.

Otras jurisdicciones del país también recordaron la Solemnidad de la mujer que hizo quedar bien a Dios entre los indígenas, los afrocolombianos y los vulnerables de su tiempo. Como “adelantada” de las periferias geográficas y existenciales, a las que el papa Francisco invita con insistencia a ir, Santa Laura de Jericó no deja de inspirar los itinerarios de fe de sus devotos, discípulos y misioneros de Jesucristo.

TEXTO: CARMEN SOFÍA CAMACHO, MML. FOTO: MML

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