Más de 1.000 jóvenes murcianos reivindican la clase de Religión

jóvenes de Murcia reivindican la clase de Religión

Acudieron alumnos de 25 colegios públicos y concertados

jóvenes de Murcia reivindican la clase de Religión

F. OTERO | Sostiene el religioso escolapio y director de la Revista de Pastoral Juvenil, Carlos Such, que cuando los jóvenes comienzan la preadolescencia, se inician también en “el ateísmo práctico”. Una afirmación y análisis que refleja muy bien la desbandada de alumnos de la clase de Religión cuando pasan de la Educación Primaria a la Secundaria, una situación que no ha pasado desapercibida para la Delegación de Enseñanza de la Diócesis de Cartagena y cuyo avance quiere atajar.

De hecho, en este paso –de 6º de Primaria a 1º de ESO– se pierde un 30% y un 20% de alumnos en centros públicos y en otros colegios respectivamente. El dato positivo es que en la escuela católica siguen todos. “Esta situación nos dice que hay que cuidar el paso a la ESO”, afirma el delegado de Enseñanza, Juan Carlos García Domene.

Y, para ello, se celebró en Murcia el I Encuentro de Alumnos y Alumnas de Clase de Religión de Sexto de Primaria, un evento festivo y celebrativo al que acudieron unos 1.200 jóvenes de 25 colegios –públicos, católicos y otros–.

En pleno centro de la ciudad, El Pulpo, presentador de Cadena 100, puso la animación de un evento que contó, además, con las coreografías de los alumnos del Conservatorio de Danza. También hubo tiempo para numerosas actividades y juegos, de la mano de la Escuela Diocesana de Tiempo Libre Javier Azagra y, finalmente, la profesión de fe en el interior de la catedral, con el obispo, José Manuel Lorca, a la cabeza.

“Los católicos no somos aburridos” y “hay que comunicar la alegría de la fe” fueron algunas de las consignas que más gritaron los jóvenes, cuyo comportamiento y participación, en palabras de García Domene, “fueron estupendos”. “El marco fue incomparable y sacamos un convencimiento: la fe tiene futuro si no olvida su memoria”, concluyó el delegado de Enseñanza.

En el nº 2.848 de Vida Nueva.

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