América Latina se vuelca con Benedicto XVI

cardenal Rubén Salazar en rueda de prensa renuncia Papa

Los Episcopados publican comunicados de agradecimiento por su pontificado

cardenal Rubén Salazar en rueda de prensa renuncia Papa

El cardenal de Bogotá, Rubén Salazar

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | Como no podía ser de otro modo, las reacciones que en todo el mundo han proliferado ante la noticia de la renuncia de Benedicto XVI han tenido un eco especial en América Latina, donde el catolicismo sigue siendo la confesión mayoritaria. En este sentido, los obispos, como pastores de sus respectivas Iglesias locales, han representado las voces de sus fieles.

El cardenal Rubén Salazar, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, pese a mostrarse “profundamente afligido y sumamente triste”, ha reconocido la decisión papal como “valiente y honesta”. Salazar, quien ha recordado cómo conoció a Joseph Ratzinger en pleno Concilio Vaticano II –“por el año 1962, cuando él era un joven profesor de teología y yo era seminarista en Roma”–, ha concluido mostrando su agradecimiento: “Es un hombre sencillo, ha estado con todos los fieles acompañándoles con inmenso cariño. Lo vamos a echar profundamente de menos”.

La Conferencia Episcopal de México ha emitido un comunicado firmado por su presidente, el cardenal José Francisco Robles Ortega, arzobispo de Guadalajara. En el mismo, agradecen a Dios el “luminoso pontificado” de Benedicto XVI y le expresan su “profunda gratitud” por “su fidelidad y su generosa entrega al servicio de la Iglesia universal”, así como “por el amor y solicitud hacia el pueblo mexicano, particularmente manifestado en su inolvidable visita pastoral a nuestra nación”, el pasado marzo.

El hecho de que la renuncia pontificia haya tenido lugar dentro el Año de la fe, “nos confirma en la certeza de que es Jesús, que ha fundado su Iglesia, quien la guía; que –como ha dicho el papa Benedicto XVI– estamos en las manos de Dios, y que esas son las mejores manos”.

El Episcopado argentino se ha manifestado a través de su Comisión Ejecutiva, reunida ayer. En una nota pública, además de dar las gracias por “el don tan grande del ministerio del Santo Padre en estos ocho años”, lo hacen “por su magisterio, sus escritos, sus catequesis, su profunda sabiduría, su testimonio de oración y contemplación, y su coraje y valentía para conducir a la Iglesia ‘en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe’, tal como él mismo lo describe”.

La JMJ de Río ya espera al sucesor

Los obispos de Brasil, en un mensaje oficial encabezado por su presidente, Raymundo Damasceno Assis, arzobispo de Aparecida, han reaccionado a la noticia “con sorpresa, como todo el mundo”, aunque destacando que las razones ofrecidas por Ratzinger son “signo de la humildad y grandeza que caracteriza a los ocho años de su pontificado”.

A su juicio, Benedicto XVI “pasará a la historia como el ‘Papa del Amor’ y ‘Papa del Dios de los pequeños’, que hizo del Reino de Dios y de la Iglesia la razón de su vida y de su ministerio”. Además, destacan que “el corto período de su pontificado fue suficiente para ayudar a la Iglesia a intensificar la búsqueda de la unidad cristiana y de las religiones a través de un efectivo diálogo ecuménico e interreligioso”, así como “para llamar la atención del mundo sobre la necesidad de volverse al Dios el Creador y Señor de la vida”.

Los prelados, que ya esperarán a su sucesor en la JMJ de Río de Janeiro de este verano, agradecen a Benedicto XVI “el cariño y el aprecio que siempre ha mostrado por la Iglesia en Brasil”, recordando que “su primera visita intercontinental fue a nuestro país en 2007 para inaugurar la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y el Caribe”.

La Iglesia en Cuba, el último país visitado latinoamericano por el Papa, ha mostrado su sentir a través de un comunicado del Arzobispado de La Habana, del que es titular el cardenal Jaime Ortega. Con un tono directo y cariñoso, valoran que “la renuncia de Benedicto XVI es una gran sorpresa, y al mismo tiempo una invaluable lección de humildad. El Papa rompe una vez más los patrones y no teme anunciar al mundo que está débil y cansado para continuar la gran responsabilidad de gobernar la Iglesia católica. Solo un gran amor a Jesucristo, a su Iglesia, y una gran humildad, pueden impulsar un paso semejante”.

Los cubanos, concluye la nota, “lo recordamos con cariño por su decisión de visitarnos en una ocasión tan especial para la historia de nuestra Iglesia y de nuestra patria”.

Compartir