El Episcopado filipino clama contra el tráfico de personas

Acto de protesta en Filipinas contra la trata de personas
Acto de protesta en Filipinas contra la trata de personas

Acto de protesta en Filipinas contra la trata de personas

J. L. CELADA | La Comisión para la Acción Social, la Justicia y la Paz del Episcopado filipino ha difundido un mensaje entre las diócesis, parroquias, asociaciones eclesiales y otras confesiones religiosas del país urgiendo a aunar esfuerzos en la lucha contra el tráfico de seres humanos.

El texto –del que se hace eco la agencia Fides– llama a toda la Iglesia a adoptar un “enfoque pro-activo” para ayudar a las víctimas de esta moderna forma de esclavitud, porque “muchos de nuestros jóvenes, niños y mujeres sufren violencia sexual, explotación sexual y trabajo forzoso como resultado del tráfico de personas”.

El pronunciamiento denuncia que la trata “explota a las personas, especialmente a los débiles, los pobres, los seduce con falsas promesas y los hace presa de actividades malvadas como el trabajo forzado, la prostitución forzada, la explotación sexual”.

De aquí que el firmante del documento y presidente del citado organismo episcopal, Broderick Pabillo, invite a los distintos estamentos de Iglesia a “hacer que la comunidad sea consciente del problema”. Así, frente a quienes convierten a los seres humanos en mercancía para vender, hacer negocio o especular, el también obispo auxiliar de Manila reivindica el valor de toda vida, que “debe ser reconocida en su dignidad humana: debe ser promovida, respetada, protegida y desarrollada para alcanzar la plenitud”.

Aunque desde la Iglesia entienden que el Gobierno “debe utilizar todos sus recursos y fuerzas para detener y condenar a los traficantes”, el mensaje episcopal reconoce que no solo es responsabilidad exclusiva de los políticos poner freno a ese tipo de situaciones, sino que la comunidad católica puede y debe contribuir decisivamente a la hora de ayudar a las víctimas y sensibilizar al conjunto de la sociedad sobre un tema muy preocupante para el archipiélago asiático.

Según datos de un informe del Departamento de Estado de los Estados Unidos correspondiente a 2011, Filipinas es uno de los 58 países sometidos a vigilancia por el fenómeno del tráfico de personas. Se calcula que son diez millones de personas las que han llegado a otros países de Asia, Oriente Medio, Europa y América procedentes de Filipinas, una afluencia de la que se aprovechan los traficantes para seguir manteniendo su negocio.

En el nº 2.817 de Vida Nueva.

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