La Iglesia más allá de la frontera

La frontera colombo-venezolana extendida a lo largo de 2.219 km, representa varios retos pastorales para la Iglesia.

El primero consiste en superar la comprensión de la frontera como límite y entenderla como el entramado de relaciones sociológicas, económicas y culturales que superan la soberanía de un Estado y su línea limítrofe consolidando la integración de los pueblos fronterizos. El segundo reto consiste en avanzar en la construcción de una visión compartida de realidad, pues nos unen fenómenos y problemas comunes, como la dinámica de actores armados y las consecuencias humanitarias, acentuadas por los factores estructurales que causan pobreza y marginación, entre ellos la débil presencia institucional; es aquí donde surge el tercer reto, construir un plan de trabajo conjunto que como Iglesias en ambos lados de la frontera nos permita articular respuestas oportunas para la materialización de la opción preferencial por el más pobre y excluido, en miras al desarrollo integral de los habitantes de la frontera.

La Conferencia Episcopal Latinoamérica reunida en Aparecida, plantea las líneas de lo que debe ser el trabajo de la Iglesia en la frontera, ante el creciente fenómeno de los desplazados sobre todo por causas económicas, políticas y de violencia. Para ello es indispensable el desarrollo de una mentalidad, espiritualidad al servicio pastoral, fortaleciendo el diálogo y cooperación entre las Iglesias, para dar una atención humanitaria y pastoral a los que se han movilizado. La Iglesia está llamada a ser voz de los que no la tienen y en lo posible, hacer visible las realidades tristes y desesperanzadoras de quienes viven con anhelos la ilusión de pasar de condiciones menos dignas a más dignas.

A finales del año 2009, la Diócesis de Cúcuta convoca a una serie de organizaciones de la sociedad civil, defensoras de derechos humanos e instituciones académicas para conformar un equipo permanente, interdisciplinario y binacional para construir una visión compartida de la realidad fronteriza y proponer alternativas viables y compromisos consecuentes que permitieran superar la problemática que vive la frontera. Este mismo año por invitación de la Diócesis hace presencia el Servicio Jesuita a Refugiados, en miras de fortalecer el acompañamiento pastoral a las personas en movilidad, especialmente a aquellas víctimas del conflicto armado. En el año 2010, Monseñor Jaime Prieto Amaya (QEPD) invitó a la Escuela de Paz y Convivencia Ciudadana del CINEP/PPP, a fortalecer la acción pastoral de la Iglesia desde una perspectiva de frontera. Con esta orientación la Escuela desplegó un ejercicio pedagógico de formación política y ciudadana con la Diócesis de Cúcuta y su Pastoral Social, la Arquidiócesis de Nueva Pamplona, del lado colombiano y El Alto Apure-con la Red Paz en Fronteras por parte de Venezuela. Con esta convocatoria se dio inicio a una dinámica binacional que se ha mantenido hasta el presente año sumando a las Diócesis de Tibú y la de San Cristóbal. Al proceso se han vinculado 455 personas pertenecientes a grupos pastorales, juntas de acción comunal, concejos comunales, sector de educación, comunicaciones, grupos de jóvenes, algunos concejales y organizaciones de mujeres. Buena parte de ellas se encuentran inmersas en acciones de incidencia política a nivel local y transfronterizo cumpliendo con el objetivo de fortalecer sujetos de frontera con capacidad de generar alternativas al desarrollo en ese territorio.

Últimamente hemos tocado el tema los Obispos de la Provincia de Nueva Pamplona y hemos decidido reactivar lo referente a la pastoral de la frontera ya que tres de los cinco obispos somos nuevos. El Obispo de Tibú, Monseñor Omar Sánchez; el Obispo de San Cristóbal, Monseñor Mario Moronta y este servidor nos reunimos en Ureña (Venezuela) acompañados por personal de la Compañía de Jesús tanto de Colombia como de Venezuela y decidimos comenzar o preparar una posible reunión con todos los Obispos de la frontera colombo-venezolana. Este tema ha sido asumido por la Organización “Gran Alianza Civil” que está conformada por la Diócesis de Cúcuta y unas veinte organizaciones no gubernamentales que hemos venido trabajando por coadyuvar en pro de un Buen Gobierno Departamental y Municipal. Todos esperamos poder concretizar nuestros propósitos.

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