María Jesús Figa: “La Iglesia ha atravesado momentos más difíciles que los actuales”

Entrevista con la embajadora saliente de España ante la Santa Sede

María Jesús Figa López-Palop, embajadora España ante la Santa Sede

JUAN RUBIO y ANTONIO PELAYO, director y corresponsal de Vida Nueva | María Jesús Figa López-Palop vive sus últimas semanas en el Palazzo di Spagna. A la espera de la llegada de Eduardo Gutiérrez, su sucesor como embajador de España ante la Santa Sede, ya ha sido nombrada embajadora en Helsinki, adonde se trasladará a mitad de mayo. Son días de despedidas oficiales y personales, de recogida de papeles, de mudanzas.

Días, por lo tanto, agridulces, porque, por una parte, se recogen los frutos de un trabajo bien hecho (“Muy bien hecho”, nos subraya un diplomático vaticano) y de la amistad sembrada con generosidad. Pero por otra parte se rompe una continuidad que hubiera sido, sin duda, también muy fructuosa.

La embajadora se va, por lo tanto, bien abrigada por el calor con el que está siendo despedida y aureolada por la casi milagrosa luminosidad de la ciudad de Roma. Calor y luz que le serán muy necesarios en su próximo destino.

– ¿Qué ha significado ser embajadora en un momento difícil para la Santa Sede y difícil para el Gobierno español? Rodríguez Zapatero pasó a ser la bandera del laicismo. ¿Eso le ha creado alguna dificultad durante su mandato?

– Durante mi misión, puedo asegurar que las relaciones del Gobierno del presidente José Luis Rodríguez Zapatero con la Santa Sede fueron de gran cordialidad. Es cierto que durante la primera legislatura del Gobierno socialista hubo tensiones serias y muy importantes que mi antecesor, el embajador Francisco Vázquez, ayudó a paliar y solucionar. En la segunda legislatura, sin embargo, esas tensiones fueron disminuyendo: en el tema de la financiación de la Iglesia, por ejemplo, se alcanzó un resultado que ambas partes apreciaron.

“Las negociaciones del Gobierno con la CEE
que se llevaron a cabo con motivo de la JMJ
fueron muy importantes para la creación
de un clima positivo”.

Por otro lado, algunos proyectos legislativos no concluyeron su marcha. Con ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), creo que se llegó a esa cordialidad que antes mencionaba. Ahí se demostró una muy buena voluntad por parte de las autoridades estatales, autonómicas y locales, que eran entonces de distintos signos políticos, de trabajar con la Conferencia Episcopal Española (CEE) para conseguir el mejor resultado posible y facilitar en todo la visita de Benedicto XVI. Las negociaciones del Gobierno con la CEE que se llevaron a cabo durante dos años fueron muy importantes para la creación de ese clima positivo.

Personalmente, yo he sido objeto de muestras de cordialidad desde el primer día en que llegué a Roma. Presenté las cartas credenciales en un tiempo récord, y no he dejado a lo largo de este año de recibir muestras de simpatía y colaboración para el cumplimento de mi trabajo. De mi misión en Roma, como representante de España, solo puedo hablar positivamente y con agradecimiento a las instancias vaticanas.

María Jesús Figa López-Palop, embajadora España ante la Santa Sede, con Antonio Pelayo y Juan Rubio

La embajadora, flanqueada por Antonio Pelayo y Juan Rubio

Institución sólida

– ¿Qué puede decir del momento complicado que atraviesa la Iglesia?

– La Iglesia ha tenido problemas y atravesado momentos más difíciles que los actuales. Ella misma subraya públicamente sus dificultades, que, por otro lado, sería pretencioso resumir en unas líneas. Pero, en el mundo de turbulencias que estamos viviendo, no creo que la Iglesia, como institución, ocupe el primer lugar. Por otro lado, dificultades notorias y que los medios de comunicación analizan con detalle como, por ejemplo, el de la pederastia, se están tratando, en mi opinión, con determinación, responsabilidad y publicidad por parte de la Iglesia.

Es verdad que hay muchos rumores dentro y fuera de la Curia. Hay que oírlos, sobre todo si se está acreditado ante la Santa Sede, pero no creo que haya que darles demasiada transcendencia. La Iglesia sigue siendo muy sólida.

“A España se la ha tenido
y se la tiene mucho en cuenta
en la Iglesia de Roma”.

– ¿Cómo es la presencia española en la Curia? ¿Está valorada suficientemente?

– A España se la ha tenido y se la tiene mucho en cuenta en la Iglesia de Roma. El peso de España ha sido enorme. No olvidemos la importancia que ha tenido nuestro país al llevar la religión católica a Iberoamérica. Por otro lado, el 73% de la población española sigue declarándose católica. La presencia de españoles en las altas esferas de la Iglesia es numerosa. Por ejemplo, al frente de distintas y muy importantes órdenes religiosas, tanto masculinas como femeninas. He tenido la oportunidad de conocer en Roma a muchos de esos superiores o superioras generales que han contribuido a mi visión de la Iglesia en su ámbito más internacional, dado el trabajo que muchos de ellos desarrollan en los cinco continentes. Les agradezco particularmente el tiempo, tan instructivo, que me han dedicado.

También en el ámbito de la Curia romana, España tiene una buena representación con respecto a la población de nuestro país. Destaca el número de obispos, pero también hay que contar con los diez cardenales españoles, que nos sitúan en el tercer lugar en la lista de naciones con mayor número de púrpuras cardenalicias.

En el nº 2.798 de Vida Nueva. Entrevista con María Jesús Figa, íntegra solo para suscriptores

 

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