Del histórico viaje de Juan Pablo II a la próxima visita de Benedicto XVI
ANTONIO PELAYO, corresponsal de Vida Nueva en ROMA | “Choque de trenes en La Habana entre el Comandante y el Papa”, escribía en El País el 18 de enero de 1998 Mauricio Vicent. Faltaban solo tres días para que el ‘MD-11’ de la Alitalia se posase en las pistas del aeropuerto habanero trayendo a bordo a Juan Pablo II. El excelente corresponsal reflejaba la que era impresión muy generalizada entre los observadores internacionales, comenzando por el Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, que había acuñado
la frase “es un choque de trenes y nadie se lo quiere perder”.
La expectación, en efecto, era mundial, y los que nos encontrábamos ese soleado miércoles a pie de pista éramos conscientes de asistir a un momento histórico cuando Fidel Castro y Juan Pablo II, al pie de la escalerilla del avión, se dieron un caluroso apretón de manos y el político cubano miró su reloj como para comprobar que había llegado puntual a una cita con la historia.
Días después, siempre en el citado periódico madrileño, el recién fallecido Giulio Girardi transcribía la conversación de cuatro horas que sobre la estancia papal en la Isla había mantenido con el líder cubano, el brasileño Frei Betto (autor del libro Fidel y la religión), el sociólogo religioso belga François Houtard y el brasileño Ribeiro de Oliveira.
“Ha sido un triunfo de la Revolución tanto en el interior del país como en el exterior”, sentenció ante sus interlocutores el “líder máximo”.
Apenas regresado a Roma sumamente satisfecho de su experiencia cubana, Karol Wojtyla les dijo a los polacos que asistían a la audiencia de los miércoles (28 de enero), comentando su viaje: “Les deseo a nuestros hermanos y hermanas de aquella bella isla que los frutos de este peregrinaje sean similares a los obtenidos en mi peregrinación a Polonia en 1979”.
El turno de Benedicto XVI
Catorce años después, otro pontífice romano se dispone a visitar Cuba, donde Benedicto XVI es esperado el lunes 26 de marzo a las dos del tarde. Acudirá a recibirle al aeropuerto internacional ‘Antonio Maceo’ de Santiago de Cuba el presidente Raúl Castro.
Durante su breve estancia, aunque no figure en el programa oficial del viaje, se considera casi seguro un encuentro del Papa con Fidel Castro, cuyas apariciones en público son rarísimas en los últimos tiempos, pero que no querrá renunciar a conocer personalmente a un hombre tan distinto de su predecesor.
Son dos ancianos casi de la misma edad, de experiencias vitales muy diversas, pero que seguramente tienen muchas cosas que decirse. No será, desde luego, un choque de trenes.
Pliego íntegro, publicado en el nº 2.794 de Vida Nueva.