M. Á. MALAVIA | La Junta de Castilla-La Mancha debe 4,5 millones de euros a Cáritas. Así lo denunció, el pasado día 7, la institución eclesial, aclarando que el Gobierno saliente en la autonomía manchega, encabezado por el socialista José María Barreda, le había comprometido ese dinero en programas sociales públicos destinados a la atención de personas sin hogar, drogodependientes, enfermos de sida y ancianos, entre otros colectivos en situación de necesidad.
Cáritas, a expensas de recibir las subvenciones prometidas y con el fin de no detener su actividad en esos programas, adelantó con sus propios recursos el importe; encontrándose con que, a día de hoy, no se les ha reembolsado “ni un euro”.
El anuncio de Cáritas, que se hizo público a través de un comunicado, llamó la atención sobre la difícil situación que está atravesando, agudizada en estos tiempos de fuerte crisis. “Cada vez es más complicado atender a tantas personas sin que los recursos económicos lleguen”, avisan. Pese a ello, la organización católica reafirma que seguirá luchando por tratar de paliar “las situaciones dramáticas” de las cada vez más personas y familias que se encuentran sumergidas en situaciones de pobreza y exclusión.
La alerta de Cáritas se produce en plena polémica por el traspaso de poderes en la Junta, con el equipo entrante, liderado por María Dolores de Cospedal, del Partido Popular, denunciando que el Gobierno autonómico puede estar en situación de “quiebra total” y que se está destruyendo documentación oficial comprometida. Los socialistas manchegos, por su parte, acusan a los populares de mentir y de incurrir en el “juego sucio”. Por el momento, ningún portavoz del Gobierno en funciones de Castilla-La Mancha se ha pronunciado sobre la denuncia de Cáritas.
En el nº 2.757 de Vida Nueva.
