Ildefonso Moriones: “El recuerdo de Juan de Palafox se ha conservado vivo de generación en generación”

Postulador de la causa de beatificación de Juan de Palafox

DARÍO MENOR. ROMA | Este domingo 5 de junio, El Burgo de Osma (Soria) albergará la ceremonia de beatificación de Juan de Palafox y Mendoza, obispo y virrey de la Nueva España (actual México). El carmelita descalzo Ildefonso Moriones, postulador de la causa, analiza el ascenso a los altares del que, para muchos, fue uno de los mejores pastores y gobernantes con que contó España en el siglo XVII.

El proceso de beatificación ha sido largo y laborioso. ¿Cuál ha sido la mayor dificultad encontrada?

Juan de Palafox

La misión de Juan de Palafox como visitador general de la Nueva España y virrey, además de su trabajo pastoral para introducir en la diócesis lo establecido por el Concilio de Trento, provocó la reacción de algunos que no estaban dispuestos a someterse a la ley, tanto en lo civil como en lo eclesiástico. Las quejas que enviaron a Madrid y a Roma iban reforzadas con una serie de calumnias graves contra él. Y, aunque del juicio resultó que Palafox había procedido “con la rectitud, limpieza, desinterés y prudencia que de tan grande y atento ministro y gran prelado se debe esperar”, cuando su causa se comenzó a estudiar en Roma (1694-1997), llegaron a manos del promotor de la Fe algunos de aquellos documentos de medio siglo atrás, y este exigió a los abogados que demostraran la falsedad de cuanto en ellos se decía. Se complicaron las cosas casi al infinito. La espléndida biografía de sor Cristina de la Cruz de Arteaga y Falguera, Una mitra sobre dos mundos, completó el esclarecimiento del contexto histórico general y confirmó que los 164 testigos escuchados en los procesos merecían más fe que los que afirmaban lo contrario.

Testimonio de 164 personas

¿Cuál ha sido la mayor sorpresa que ha encontrado en la preparación de la ‘Positio’?

Encontrarme en 1997 con la Positio ya hecha. Había sido presentada en 1792, pero las circunstancias de fin de siglo retrasaron la discusión. En 1852, Pío IX concedió que la causa volviera a presentarse cum iisdem scripturis, es decir, que se examinase lo ya preparado. Pero, por diversos motivos, tampoco se hizo. En nuestros días, la leyenda, introducida en la Historia de los Papas de L. von Pastor, de que la causa había sido “abandonada para siempre” en 1777, había influido de tal manera en la opinión pública que fue necesario un suplemento de investigación sobre algunos aspectos marginales de la historia del proceso. Pero la base en que se han fundado los consultores teólogos, los cardenales y obispos para emitir su voto afirmativo ha sido el testimonio de 164 testigos, 72 de los cuales sacerdotes, escuchados en los procesos de Osma y Puebla.

El milagro que impulsa su ascenso a los altares se produjo en 1766. ¿Cómo puede certificarse un hecho acaecido hace tanto tiempo?

La certificación no se ha llevado a cabo después de dos siglos y medio, sino que se hizo a 12 meses de distancia de los hechos. En el proceso declararon como testigos de vista tres médicos, cinco sacerdotes, tres mujeres y seis parroquianos. El presidente de la consulta médica, Patrizio Polisca, me felicitó por la riqueza de datos que contenía la Positio y afirmó que se trataba de un caso que revestía interés incluso para la historia de la medicina. Un enfermo de tuberculosis pulmonar al que, después de 40 días de cama, le habían diagnosticado pocas horas de vida, se recuperó instantáneamente con la sola aplicación de la reliquia y la invocación al Siervo de Dios.

¿Ha llegado hasta nuestros días la fama de santidad?

Ana de Jesús decía que “no guardamos memoria en las religiones de los que ocuparon los primeros puestos, sino de los que más padecieron por Cristo”. Y esto ha ocurrido con Juan de Palafox. Quienes lo conocieron de cerca y lo vieron “perseguido y atribulado” por su fidelidad a Cristo y a su Iglesia, nunca lo olvidaron. Y su recuerdo se ha conservado vivo de generación en generación. Y todavía, para borrar toda sombra del escrúpulo que esconde su pregunta, se hicieron en nuestros días en Puebla y en Osma sendos procesos sobre la “continuación de la fama de santidad”. Como postulador de más de 50 causas, antiguas y recientes, y como exconsultor que dio su voto en 22 causas, creo poder afirmar que no he visto otra tan bien documentada en todos sus aspectos como la de Juan de Palafox.

En el nº 2.756 de Vida Nueva.

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