Alcoy y los santos patrones

‘Camins d’Art’ es la novena exposición de la Fundación La Luz de las Imágenes

‘Santa Cena’, de la parroquia de Bocairent

JUAN CARLOS RODRÍGUEZ | Un paseo por la historia, la devoción y la fiesta. Eso son los Camins d’Art que muestra Alcoy en la novena exposición de la Fundación La Luz de las Imágenes, comisariada por Miquel Santamaria y Josep Maria Segura. Ambos han elegido un enfoque muy particular, que remite muy directamente a la historia de la fe: los santos protectores. La mirada abarca su amplia huella en el arte sacro y la religiosidad popular. “San Jorge, por ejemplo, se toma para los caballeros y guerreros cristianos –explican los comisarios– como bastión ante los peligros de un enemigo externo. San Roque y san Hipólito son abogados ante la peste, o san Gregorio será aclamado ante la plaga de langosta”. [Siga aquí si no es suscriptor]

Invidentes en la muestra

Es el caso mismo de los santos patrones, muy presentes, por supuesto, entre pinturas, esculturas, orfebrería, tejidos y documentos, procedentes de parroquias, ermitas e instituciones de un total de 36 poblaciones de las comarcas alicantinas de l’Alcoià y El Comtat.

“A san Mauro, en Alcoy, se le nombró copatrón de la ciudad con motivo de unos terremotos especialmente destructores”, añaden.

Pero no son solo los santos patronos de Alcoy y sus comarcas los protagonistas de estos Camins d’Art; también los aquellos oficios gremiales presentes en el rico Barroco valenciano y aun en siglos anteriores: “San Mauricio es el de los tintoreros; los Santos de la Piedra los de la gente del campo; san Eloy, el de los cerrajeros; san Miguel, el del textil; o san Cristóbal el de los peregrinos y viajeros”, enumeran.

En unos y otros casos, la presencia más constante es la de la Virgen y sus advocaciones locales y protectoras: como la Virgen de los Lirios de Alcoy, la Virgen de Gracia de Gorga o, sobre todo, la Virgen de los Desamparados, patrona de Ibi y Muro, cuyo papel es especialmente relevante en esta Luz de las Imágenes.

Es lo que se ve en la iglesia parroquial de Santa María, el mayor y principal edificio religioso de la ciudad abierto al culto –y uno de los tres espacios en los que se divide Camins d’Art, que luce espléndida tras la restauración, incluidas las pinturas murales que Ramón Castañar realizó en 1957–, donde se muestra una exquisita selección de obras en la que se volcó esta devoción por los santos patrones, tan arraigados en la religiosidad popular: ahí están tallas como la Dolorosa, de Esteve Bonet (siglo XVIII); un raro san Jorge, de Francisco Salzillo (siglo XVIII), y otro, más contemporáneo, de Vicente Ferrero (siglo XX).

También se pueden ver pinturas como el renombrado Retablo de la Inmaculada con Padre Eterno, de Juan de Juanes y Vicente Macip, fechado en 1579, procedente de la iglesia parroquial de la Asunción de Bocairent; el Ciclo de la Pasión, anónimo del siglo XVI; San Cristóbal, también anónimo (siglo XVI-XVII); lo mismo que los retratos de San Senén y San Abdón (siglo XVIII) o el óleo titulado Acta de Patronaje San Mauro, de Fernando Cabrera (XX). Incluso el brazo-relicario de sant Jordi, procedente de la Seu de Valencia.

Iconografía de la Virgen

‘Retablo de Santa Bárbara’

En la neoclásica iglesia de la Mare de Déu –también conocida como Capilla de la Virgen de los Desamparados, hoy en día desacralizada y de propiedad municipal–, se ven algunas de esas extraordinarias iconografías de la Virgen, como la Mare de Déu de la Llet, de Llorenç Zaragoza (siglo XIV); la Virgen de Montserrat, de Bertomeu Baró (XV); la Virgen del Pilar, de Antonio Palomino; la llamada Terracota de la Diosa Madre (III a.C.) o el denominado Vaso del orante, cerámica del neolítico hallada en la Cova de l’Or, de Beniarrés.

También se aprecia un curioso lienzo bocaporte de tres metros de altura por dos de ancho con la imagen de la Virgen de los Desamparados, encontrado durante la restauración del edificio neoclásico y oculto en la parte superior de la hornacina del altar.

Restauradas han sido también el conjunto de pinturas murales de Vicente Castelló Amat (1787-1860) en la propia capilla, que es uno de los atractivos de esta parte del recorrido, junto a la selección de piezas arqueológicas. El tercer escenario de la muestra también está, curiosamente, bajo la protección de la Virgen de los Desaparados. Es la capilla del antiguo asilo de las Hermanitas de los Pobres y Ancianos Desamparados, que formaba parte de un complejo asistencial de finales del siglo XIX.

Recuperado por la Fundación La Luz de las Imágenes, y también de propiedad municipal, acoge piezas del ciclo festivo vinculado a la religiosidad popular y los santos patrones. Sobre todo, de la Navidad. Como La adoración de los Reyes, de Cristóbal Llorens; la Adoración de los pastores, de Nicolás Borrás; la Sagrada Familia con varios santos, de Jerónimo Jacinto de Espinosa; el cuadro anónimo Huida a Egipto, de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de la localidad de Gorga. También se pueden contemplar obras de Francisco Laporta, cedidas para la ocasión por la Caja Mediterráneo.

Finalizada la muestra sobre el cuarto centenario del fallecimiento del pintor Nicolás Borrás (1530-1610), que se celebraba en el Palau Condal de Cocentaina, Camins d’Art ha incorporado cuatro obras, entre las que destaca el Retablo de Santa Bárbara, del Mestre d’Albal, y una de las pocas piezas pictóricas del siglo XIV que se conservan en la Comunitat Valenciana. Junto a ella, la Redención de las almas, de Vicente Castelló (principios del siglo XVII), y en la que se representa a un prelado con una fisonomía similar a san Juan de Ribera, y un San Roque de Gaspar Requena (finales del siglo XVI). También se expone el panel cerámico representando a la Virgen del Milagro, patrona de Cocentaina, anónimo de la primera mitad del siglo XIX.

En total, Alcoy acoge hasta finales de año 300 obras de arte fechadas entre el año 350 a. de C. y el comienzo de este siglo XXI de autores como Juan de Juanes, Joan Reixach, Nicolàs Borràs, Joaquín Sorolla, Vicente Castelló Amat, Francisco de Zurbarán, Bertomeu Baró, Llorenç Zaragoza, José Vergara, Mariano Salvador Maella, Ramón Castañer, Antonio Palomino, Jordi Ballester, José Segrelles y, entre otros, Manuel Boix, uno de los artistas contemporáneos más presentes.

Las piezas, además de iglesias y capillas de las comarcas de l’Alcoià y El Comtat, proceden de colecciones museísticas, como el Museo Catedralicio de Valencia, el Nacional de Arte Moderno de Cataluña, el San Pío V de Valencia o la Colección Masaveu de Oviedo. La amplísima selección pictórica y escultórica se completa con una rica colección de piezas de orfebrería: cálices, custodias, cruces procesionales o relicarios datados entre el siglo XV y el XIX, y procedentes de Planes, Gaianes, Alfafara, Fageca, Penàguila y Alcoy, todas ellas restauradas para la ocasión.

La más antigua es un cáliz y una patena de autoría anónima, datadas en el siglo XIV y realizadas en plata dorada, pertenecientes a la Casa de la Espiritualidad de El Baradello de Alcoy.

La Fundación La Luz de las Imágenes ha restaurado 108 de las obras exhibidas en Alcoy: 45 pinturas, 23 esculturas, 4 paneles cerámicos, 14 tejidos, 11 piezas de orfebrería y 11 documentos, que proceden de 19 poblaciones de la Comunitat Valenciana. Además, se han rehabilitado los tres edificios monumentales, que sirven como sedes de la muestra, junto a la fachada lateral norte de la iglesia de San Mauro y el sistema de iluminación de la de san Jorge. El Gobierno valenciano ha invertido 10 millones de euros.

En el número 2.755 de Vida Nueva

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