Beato Guillermo José Chaminade 250 años de su nacimiento

La historia ha sido capaz de generar una serie de personas, hombres y mujeres, que se dejaron inspirar por su mundo, por su situación y la de sus contemporáneos; personas que se dejaron seducir por Dios para vivir de una manera particular al estilo de Jesús. Cada época, con sus modos, su lenguaje, sus desafíos, ha generado esas personas que se constituyen, con el paso de los años, en ejemplo vivo para otras personas o grupos de personas.
Corría el tiempo de la Revolución Francesa (1789-1799) tiempos de grandes cambios ideológicos, políticos y sociales y económicos… revolución que cambió el mundo occidental. La vida cambia de visión, los valores de antaño ya no sirven o simplemente desaparecen y la religión con esa revolución se ve metida en una encrucijada poderosa: o cambia o se muere…no hay opción. Toda revolución hace que lo “caduco” se añore y que lo “nuevo” destruya muchos pensamientos del pasado enraizados en los pueblos, construyéndose otros con una novedad inusitada.
Esta revolución trae cosas, muchas cosas…buenas y malas…y hay personajes que se dedican a contemplar esos acontecimientos a la luz de la fe que poseen. Surgen muchos hombres y mujeres que, con un amor grande y especial, saben leer estos acontecimientos como reto presentado por Dios a sus vidas. Y simplemente, quizá sin muchas preguntas, buscan responder desde el corazón.
Nace entonces un personaje, como tantos otros, que la Iglesia ha beatificado. Guillermo José Chaminade, Fundador de la Familia Marianista, nace en medio del cambio y para el cambio. Apegado a algunas tradiciones es capaz de descubrir que es necesario un cambio en el pensamiento y en la acción. Se lanza, por amor a Dios y a su Iglesia, a buscar algo nuevo, algo fundamental. Él siente que algo nuevo está naciendo y que debe ser ayudado a que nazca…cosa que hoy leemos como muy normal. Se dedicó a formar laicos, hombres y mujeres, niños, jóvenes y adultos para que tuvieran una experiencia de fe apropiada y los “antivalores” del mundo no les perjudicaran. Uno de sus lemas preferidos fue la frase de Jesús… “A vino nuevo, odres nuevos” y así respondió con su vida apostólica.
Chaminade nace hace 250 años en el seno de una familia muy católica y  muy creyente, varios de sus hermanos fueron sacerdotes y él uno más en un mundo nuevo, confuso y revuelto por tantas ideas nuevas. Inspirado por Dios y por María construye una propuesta… ¿Nueva? No sabemos si fue él el único…lo que sí sabemos es que hoy su espíritu sigue animando a miles de personas en la iglesia. Hoy siguen hombres y mujeres laicos, religiosas, religiosos y muchos allegados tratando de vivir lo que Chaminade quiso hace ya muchos años, respondiendo a esas palabras proféticas de María allá en Caná… “Hagan lo que él les diga” y háganlo con un corazón misericordioso, decimos en nuestro hoy.
Los seguidores de Chaminade estamos en muchas partes del mundo aunque, comparándonos con otros, “no somos muchos ni tampoco los mejores” pero tratamos de mantenernos inspirados en sus pensamientos claves, en el espíritu que nos dejó. Siempre quiso que todos fuéramos “Soldados de María, servidores de Ella”, por eso nos alistamos para ser sus servidores y para estar allá donde nos necesiten para ser impulsadores del Reino.
En este Continente Americano, continente de la vida y de la muerte, estamos en Argentina, Chile, Brasil, Perú. Colombia-Ecuador, Cuba, Haití, Puerto Rico, México, Estados Unidos y Canadá… allí estamos las diferentes ramas de una gran familia llamada la Familia Marianista que quiere “Hacer lo que Jesús nos pida con un Corazón Misericordioso”. Nos dedicamos a Educar, a Celebrar la vida y los sacramentos, a difundir el Evangelio y a ayudarle a la Iglesia a extender el Reino allá donde nos encontramos. VNC

TEXTO: P. RODRIGO BETANCUR

FOTOS: ARCHIVO SM

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