El terremoto de la pederastia desluce un ambicioso viaje

Tarcisio Bertone visita en el Bicentenario el Chile de Piñera en medio de la polémica por los abusos sexuales en la Iglesia

(Aníbal Pastor Níñez– Santiago de Chile) Cuando el pasado día 11 el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Tarcisio Bertone, durante su homilía en la Catedral de Santiago de Chile, llamó a los sacerdotes a ser “los primeros responsables de que el saludo de Cristo (La paz esté con ustedes) llegue a todos”, no imaginó que sus posteriores declaraciones asociando la pedofilia a la homosexualidad se convertirían en un ‘terremoto’ de orden mundial –por emplear un símil con el que este país está hoy muy familiarizado–.

La reciente visita a Chile, entre el 6 y el 12 de abril, del ‘número dos del Vaticano’ se produjo en un contexto internacional de fuerte impacto por los numerosos casos denunciados de abusos sexuales de menores por parte de sacerdotes; y, a nivel local, vino marcada por las réplicas del reciente gran seísmo que sufrió el país, por la celebración del Bicentenario de su independencia y por el inicio de una Administración de derechas tras 20 años de gobiernos de centro-izquierda.

Fue Alejandro Goic, obispo de Rancagua y presidente del Episcopado, quien, enfatizando su comunión con Roma, volvió sobre tan delicado tema y puso los puntos sobre las íes al inaugurar el día 12 la Asamblea Plenaria: “La clara firmeza y la coherencia del mensaje y actuaciones de Su Santidad Benedicto XVI –subrayó– son una prueba contundente del sendero que conduce a la Iglesia frente a estos episodios, que son aislados y sobre los cuales no podemos generalizar, pero que constituyen un escándalo y un signo de contradicción en nuestro tiempo”.

Ahora bien, aunque ese escándalo tiene un sustento real, no todo lo que se está publicando sobre la Iglesia es siempre verídico. Así, en el marco de la misma reunión episcopal, el cardenal Bertone defendió al Papa de las informaciones que le acusan de haber actuado pasivamente en 1985 en el caso de un sacerdote pederastra de California. El secretario vaticano recordó que Benedicto XVI ha pedido perdón en varias ocasiones y que ha sido durísimo con los abusos a menores y con el turismo sexual. Y añadió: “Queremos también que otras instituciones e instancias tomen iniciativas concretas y tomen en serio la dignidad de los niños, de las mujeres y, sobre todo, de las jóvenes madres, cosa que la sociedad no toma en serio”, responsabilizando a The New York Times de liderar las acusaciones contra la Iglesia. En la misma línea, la semana anterior, el cardenal arzobispo de Santiago, Francisco Javier Errázuriz, había publicado una carta en L’Osservatore Romano donde afirmaba que “nada justifica las publicaciones de quienes trataron de golpear a toda la Iglesia y, de modo infundado, injusto e insidioso” al Papa.

Y para descartar la estrecha relación que suele establecer la prensa entre celibato sacerdotal y abuso de menores, un día después de que en Alemania un experto dijera que el sacerdocio era como un “refugio” para quienes tenían tendencias pederastas, el cardenal Bertone afirmó: “Han demostrado muchos psicólogos, muchos psiquiatras, que no hay relación entre celibato y pedofilia, pero muchos otros han demostrado, y me han dicho recientemente, que hay relación entre homosexualidad y pedofilia. Esto es verdad, éste es el problema”. El tsunami no tardó en llegar. En un par de horas, Google Noticias registró cientos de reacciones en línea, hasta el punto de que el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual en Chile terminó repudiando la visita del purpurado. Por su parte, el senador democristiano Patricio Walker, hombre moderado y católico practicante, declaró en Radio Cooperativa que no compartía el juicio del cardenal y que entendía que la pedofilia “es un trastorno mental de índole sexual, que afecta tanto a homosexuales como a heterosexuales”.

Motivos de fiesta

Pero la estancia en Chile del secretario de Estado vaticano fue mucho más allá de esas polémicas declaraciones que dieron la vuelta al mundo. El cardenal Bertone se reunió con el nuevo presidente de la República, Sebastián Piñera, y participó en diversas celebraciones y momentos de reflexión. El distinguido huésped no faltó a la tradicional Fiesta de Cuasimodo, que se realiza después de Pascua de Resurrección para llevar la comunión de casa en casa a los enfermos; celebró la Eucaristía con diferentes comunidades (Santiago, Concepción, Punta Arenas…); visitó a los santos chilenos Teresita de Los Andes y Alberto Hurtado; tuvo ocasión de solidarizarse personalmente con los damnificados del terremoto y del tsunami; y se encontró con sus hermanos obispos.

El cardenal Bertone con el presidente Piñera

En la memoria de los católicos quedó, sin embargo, el especial regalo que el Papa envió con el cardenal: una imagen de la Virgen del Carmen, a la que el país venera desde hace dos siglos como patrona, y que partió en peregrinación por algunas diócesis. Aunque con las consecuencias aún recientes del gran seísmo y maremoto del 27 de febrero, en todo momento se pudo palpar un gran fervor religioso. La Virgen entró en andas el domingo 11 en la Catedral de Santiago, mientras era recibida por los fieles con pañuelos blancos al aire.

En el templo estaban las más altas autoridades políticas y los obispos del país. Ante ellos, el cardenal Bertone felicitó a la Iglesia chilena por desarrollar especialmente su dimensión misionera, y destacó que “el encuentro con Cristo vivo y resucitado está en el origen de nuestro ser discípulos del Señor, y es la fuente de donde nace todo afán misionero y apostólico”. Y aludiendo al cumpleaños de la patria, agregó que, “en el Bicentenario de Chile, la comunidad cristiana tiene una hermosa historia que contar, hecha de iniciativas ejemplares de evangelización, de promoción de la cultura, de educación en los valores cristianos y humanos o de atención a los necesitados”.

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EL PAPA “NO DEJARÁ DE SORPRENDERNOS”

En rueda de prensa en el Seminario Pontificio de Santiago, el cardenal Bertone anunció que el Papa “no dejará de sorprendernos”. “No puedo anticipar, pero creo que el Papa tomará otras iniciativas aún sobre este tema específico”. Según observadores, cabe la posibilidad de que la pedofilia sea declarada un delito sin prescripción, para permitir así que puedan emprenderse acciones buscando la responsabilidad de tales hechos sin límite de tiempo.

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LA VOZ DE LOS LAICOS

Coincidiendo con su visita al país, los laicos chilenos han enviado una carta al cardenal Bertone en la que comparten con él “algunas reflexiones” sobre la sociedad chilena. Los firmantes (teólogos, abogados, sociólogos y gente del mundo universitario) recuerdan, en primer lugar, los “dolorosos y contradictorios” hechos vividos por en el pasado y el acompañamiento de la Iglesia en tales circunstancias en la persona de gentes como el cardenal Raúl Silva. Asimismo, destacan la “activa participación” de la Iglesia chilena en todas las Conferencias Episcopales celebradas en América, con un especial recuerdo para el obispo Manuel Larraín.

Más adelante, denuncian con preocupación “el sistema económico neoliberal que se ha impuesto en el mundo” y observan con angustia la carrera armamentista del continente, algo “intolerable a la luz de la doctrina católica”.

Finalmente, y ante el inminente relevo del cardenal Francisco Javier Errázuriz en el arzobispado de Santiago, reclaman para esta Iglesia “un obispo fiel a lo que ha sido su tradición desde hace muchos años. Es decir, que venga un Pastor abierto al diálogo, sensible al drama de la pobreza, que no excomulgue ni persiga a nadie, que acepte la sana diversidad…, que prevalezca la comprensión antes que el castigo, que acoja y no oprima”.

En el nº 2.703 de Vida Nueva.

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