El sucesor de Tabaré Vázquez apela a un Gobierno que “nos precisa a todos”
(W. Uranga– Montevideo) José Pepe Mujica (74 años), ex dirigente de la guerrilla Tupamaros, será el nuevo presidente de Uruguay a partir del 1 de marzo para los próximos cinco años. Así lo decidió la ciudadanía en la segunda vuelta electoral celebrada el 29 de noviembre, cuando el dirigente del Frente Amplio (coalición de centro izquierda) derrotó al conservador y ex presidente Luis Lacalle.
A pesar de que el Frente Amplio tiene mayoría en ambas cámaras del Congreso, el nuevo mandatario apostó por un Gobierno de coincidencias, en sintonía con los llamados de otros partidos. Pocos minutos después de confirmarse la victoria, Mujica invitó a la unidad, diciendo que “ni vencidos ni vencedores: apenas elegimos un Gobierno que no es dueño de la verdad, que nos precisa a todos”. El presidente electo agradeció también el apoyo de los presidentes latinoamericanos, “los que representan bien, mal o regular las esperanzas frustradas de un continente que intenta juntarse como puede”; “los hermanos chilenos, argentinos, bolivianos, ecuatorianos, brasileños, peruanos, venezolanos, todos, todos –desveló– nos han llamado para darnos un abrazo. Gracias hermanos”.
Mujica, que se impuso con el 51% de los votos a Lacalle (44%), conducirá un segundo mandato del Frente Amplio y recibirá el bastón de mando del socialista Tabaré Vázquez, quien deja el poder con un nivel de popularidad del 70%.
El vicepresidente electo, Danilo Astori –ministro de Economía con Vázquez–, abogó también por “un espíritu de colaboración para resolver los grandes temas nacionales”. Y añadió: “Los uruguayos vamos a saber sobreponernos de algunos puntos de rispidez [aspereza] que se dieron en campaña”. Astori anunció, asimismo, que el nuevo Gobierno “convocará a ciudadanos de todos los partidos” para solucionar los problemas del país.
Pablo Mieres, candidato por el Partido Independiente en la primera vuelta, recordó, por su parte, que Mujica “debe tener las condiciones para superar un país fracturado en dos”.
Mientras tanto, el derrotado Lacalle llamó a “la unidad nacional, porque el espíritu de la democracia es ser un solo país”. Y pidió que “seamos un solo pueblo que tiene los mismos problemas, los mismos anhelos y esperanzas”.
El dirigente del Partido Colorado, de tradición liberal pero que reúne en sus filas a muchos conservadores y que en la segunda vuelta apoyó a Lacalle, afirmó que, tras las elecciones, “comienza un nuevo Uruguay, y hay que trabajar todos juntos: el nuevo presidente y el nuevo Parlamento, para que dentro de cinco años Uruguay sea un mejor país”.
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En el nº 2.686 de Vida Nueva.
