Giro en la versión del asesinato de los monjes de Argelia

Monjes-franceses-asesinados(M. Gómez) El reciente testimonio de un ex general francés podría dar un giro al caso de los siete monjes trapenses asesinados en Argelia en 1996. El 21 de mayo de ese año, y después de casi dos meses desde que fueran secuestrados en su monasterio de Tibhirine, el GIA (Grupo Islámico Armado) reinvidicaba en un comunicado: “Hemos degollado a los siete monjes”. El fallecimiento de los religiosos franceses conmocionó a una opinión pública ya horrorizada por la ola de terrorismo que invadió Argelia en la década de los 90.

El ex general François Buchwalter, agregado de la Embajada de Francia en Argelia entre 1995 y 1998, ha asegurado ahora que la muerte de los monjes fue un “error” del ejército argelino. En París, ante el juez de instrucción antiterrorista Marc Trévidic, Buchwalter declaró haber entregado los informes correspondientes a sus entonces superiores, en los que explicaba que los monjes no fueron víctimas de sus captores, sino del ejército argelino, que los habría matado por equivocación durante una operación en helicóptero en las montañas del Atlas, informó el diario francés L’Express.

Estas ‘revelaciones’, que han sido calificadas como “delirios” por parte de la prensa argelina, dan pie para seguir investigando el asunto; el propio presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha asegurado que quiere “la verdad” y que levantará el secreto sobre “todo documento que nos pida la Justicia”.

Por su parte, Claude Rault, obispo de Laghouat, ha recibido el testimonio de Buchwalter “con distancia. Para mí y para nosotros, la Iglesia de Argelia, lo importante no es eso –respondió durante una entrevista, el pasado 7 de julio, con el diario suizo La Liberté–. Lo importante es seguir dando a conocer el sentido de la presencia de los monjes de Tibhirine, de comprender por qué quisieron permanecer hasta el final a pesar de las amenazas contra ellos, más allá de las circunstancias de su muerte”. “Nosotros compartimos –seguía el obispo– ciertas dudas que pueden tener también las familias de los 150.00 argelinos que perdieron la vida en esta tormenta extremadamente dolorosa que fueron los diez años de terrorismo. Pero como hombres de Iglesia, no es eso lo que mejor tenemos que hacer para suscitar el mismo espíritu de los monjes. Más allá de quedarnos en la memoria del pasado, deberíamos hacer una memoria del futuro. Estamos haciendo un camino de reconciliación entre cristianos y musulmanes que, por agentes políticos interpuestos, siguen enfrentándose”.

En el nº 2.670 de Vida Nueva.

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