Conciencias al rojo

La vergüenza

la-verguenza(J. L. Celada) El miedo al fracaso desencadena tal grado de vértigo y desconcierto que el ser humano llega incluso a olvidarse de que quizás haya algo todavía peor: el bochorno que produce el hecho de reconocerlo públicamente. Un temor que se cierne amenazante sobre las inseguridades que le habitan, y que presta mucho más que su nombre a esta producción de título inequívoco: La vergüenza.

Porque el debut en la dirección de David Planell -notable guionista televisivo y estrecho colaborador de Gracia Querejeta en la escritura de Héctor y Siete mesas de billar francés– parte de una idea tan explosiva que acaba por sacar los colores a la mismísima conciencia: una pareja en apariencia modélica, que ha tenido en régimen de acogida a un niño peruano de 8 años, se plantea renunciar a su adopción cuando están a punto de conseguirla. Y de esa duda razonada (¿razonable?) el realizador extrae auténtico petróleo dramático, una historia que va creciendo al ritmo que marcan las preguntas y las sospechas, los silencios y los gritos, la ironía y el llanto…

Al realizador le basta apenas un día en la vida de esta familia para radiografiar los “embarazosos” nueve meses de relación con el pequeño, cuyas reacciones de indisciplina suponen toda una prueba de fuego para los aspirantes a padres. Aflora entonces la indecisión, la desconfianza, los interrogantes: ¿y si el amor y la tan deseada maternidad/paternidad no fueran suficientes?, ¿hará peligrar la supuesta armonía del hogar la incorporación definitiva de este nuevo miembro?… La irrupción en escena de la trabajadora social encargada de evaluar el caso empezará a arrojarnos las primeras respuestas.

la-verguenza-2En ese instante, la cinta de Planell eleva el vuelo hasta alcanzar un punto sin retorno que nos conduce a la catarsis implacable de las contradicciones y los reproches, un terreno en el que la pareja protagonista (Natalia Mateo y Alberto San Juan) ofrece lo mejor de sí misma. Menos afortunada resulta, sin embargo, la trama de la madre biológica del chaval, que se anuda (y se descose) al hilo conductor a destiempo y de un modo demasiado previsible tratándose de una “sorpresa”.

Remiendos al margen, La vergüenza se alzó con la Biznaga de Oro a la mejor película y la Biznaga de Plata al mejor guión en el reciente Festival de Málaga. Fue el reconocimiento unánime del cine español a un trabajo que se sumerge (¡mejor dejamos para otra ocasión la metáfora del corte en el suministro de agua!) en un tema de actualidad con una envidiable tensión narrativa y la fuerza de unos diálogos que suenan a dolorosa verdad.

Tal vez sea el momento de reconocer con los propios personajes lo que el poeta peruano César Vallejo dejó escrito y que abre este filme: “¡Y si después de tanta historia, sucumbimos, no ya de eternidad, sino de esas cosas sencillas, como estar en la casa o ponerse a cavilar!“. He aquí la vida en estado puro (la de los miedos, los fracasos y los deseos)… y de ella bebe este arte.

FICHA TÉCNICA

la-verguenza-3TÍTULO ORIGINAL: La vergüenza

GUIÓN Y DIRECCIÓN: David Planell

FOTOGRAFÍA: Charly Planell

MÚSICA: Christopher Slaski

PRODUCCIÓN: Damián Paris

INTÉRPRETES: Natalia Mateo, Alberto San Juan, Norma Martínez, Marta Aledo, Esther Ortega, Brandon Lastra Cobos

En el nº 2.659 de Vida Nueva.

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