Madrid recibe la Cruz de la JMJ con gran alegría y gozo

El itinerario de su peregrinaje por las diócesis comenzará el 14 de septiembre

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(Antonio Pelayo / Marina de Miguel) Los jóvenes españoles invadieron pacífica, pero sonoramente, Roma, adonde acudieron, presididos por el cardenal Antonio Mª Rouco Varela, para hacerse cargo de la cruz de las Jornadas Mundiales de la Juventud, cuya próxima edición tendrá lugar, como es sabido, en Madrid durante el mes de agosto de 2011.

La que podríamos llamar “ceremonia del relevo” -la delegación de Sydney entregó a la de Madrid la cruz y un icono de la Virgen- tuvo lugar al final de la Misa del Domingo de Ramos, presidida por Benedicto XVI en la Plaza de San Pedro en la mañana del domingo 5 de abril, que no podía ser más benigna climáticamente. Mientras la cruz pasaba de las manos de los jóvenes australianos a las de los españoles, estalló en la Plaza una salva de aplausos y de vítores al Papa, a quien saludaban conmovidos los cardenales Rouco y George Pell, arzobispo de Sydney.

Al día siguiente, el Santo Padre mantuvo un festivo encuentro con los 8.000 jóvenes -madrileños en su mayoría- en el Aula Pablo VI del Vaticano. “Es para mí un gran gozo recibir en esta audiencia a un grupo tan numeroso venido de Madrid y de España”, dijo Benedicto XVI. “Las Jornadas de la Juventud -añadió después- manifiestan el dinamismo de la Iglesia y su eterna juventud. Quien ama a Cristo ama a la Iglesia con la misma pasión, pues ella nos permite vivir en una relación estrecha con el Señor”.

En los días previos al Domingo de Ramos, el cardenal Rouco, su obispo auxiliar César Augusto Franco, responsable de la organización de la JMJ, y el jefe de prensa de la misma, Yago de la Cierva, se reunieron con la plana mayor del Pontificio Consejo para los Laicos y expusieron las grandes líneas de sus proyectos para poner en pie “la más hermosa y completa Jornada Mundial de la Juventud de la historia”.

En la Almudena

Ya en Madrid, el mal tiempo que protagonizó el Viernes Santo no pudo impedir que la cruz de la JMJ fuera recibida con “gran alegría y gozo”. “No nos caló el desánimo en ningún momento -recuerda  a Vida Nueva el subdelegado del Departamento de Juventud del Arzobispado de Madrid, Francisco Cañestro-. Sabíamos que seguíamos a la cruz de los Jóvenes y eso nos bastaba”. Por eso, tras ser adorada en los oficios litúrgicos celebrados en la Catedral de la Almudena, fue llevada en una procesión por cerca de doscientos jóvenes que esa misma mañana estuvieron ensayando en la explanada de la Catedral a pesar de la lluvia. En compañía del cardenal arzobispo, de sus tres obispos auxiliares y de una banda de música, presentaron el símbolo de la Jornada Mundial de la Juventud a los numerosos madrileños que quisieron cumplir con la invitación que Rouco Varela les hiciera en una carta pastoral: “Mirar la cruz, besarla y adorarla es uno de los gestos más sencillos y profundos de la piedad cristiana que aprendemos desde niños”.

Las calles Bailén, Mayor, Puerta del Sol y la Carrera de San Jerónimo formaban parte del recorrido, así como la Plaza de Canalejas, donde se encontró con la imagen de Jesús de Medinaceli, con la que pensaba proseguir parte del camino. Sin embargo, las previsiones de lluvia impidieron que la talla saliera en procesión. Cañestro ve en este hecho un ejemplo de lo que representa la cruz: “Ella recoge y acoge en sí todo lo que es dificultad, todo lo que, en definitiva, es el mal. Por eso nada nos frenó”.

No en vano, la alegría y el respeto son las emociones a las que alude para mostrar cómo los jóvenes han asumido todo lo que implica que la JMJ de 2011 se celebre en Madrid. “Se ha visto que están contentos de sentirse los protagonistas y, al mismo tiempo, asumen que preparar esa acogida al Papa y a los jóvenes supone trabajo y responsabilidad”.

En el transcurso de la misa crismal, el pasado día 8 en la Catedral de la Almudena, Rouco anunció que la peregrinación de la JMJ por España es un acontecimiento que va unido al anuncio que Benedicto XVI ha hecho de un Año Santo Sacerdotal con motivo del 150 aniversario de la muerte del Santo Cura de Ars, Juan María Vianney, que comenzará el 19 de junio. El itinerario se iniciará el 14 de septiembre (día de la Exaltación de la Santa Cruz), pues antes estará en Roma -en la audiencia que el Papa tiene el 22 de abril- y luego peregrinará por todo el mundo conmemorando que hace 25 años Juan Pablo II la entregó a los jóvenes.

En el nº 2.656 de Vida Nueva.

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