(Iñigo Arranz) El 6 de junio fallecía en Roma, de un infarto, el carmelita español de origen navarro, Benito Goya. Con 69 años y una dilatada dedicación como docente e investigador a sus espaldas, el Teresianum de Roma, como se conoce popularmente a la Pontificia Facoltà de Teologia y al Pontificio Istituto di Spiritualità, perdía a su presidente elegido en marzo de 2006. En esta prestigiosa institución ya había ejercido como vicerrector y como vicepresidente. Actualmente compaginaba sus oficios de gobierno dentro de las instituciones académicas de su orden junto a una fructífera experiencia docente en la Pontificia Università Salesiana y el Claretianum de Roma.
La labor investigadora del P. Benito Goya en el campo de la psicología, la dirección y la vida espiritual contaba con numerosas publicaciones traducidas a diversas lenguas.
En la concurridísima eucaristía de acción de gracias presidida por el P. Luigi Gaetani, celebrada al día siguiente en la capilla de su querida facultad, fue acompañada con emoción contenida por numerosos compañeros de claustro, de la orden y de otras congregaciones, además de alumnos y amigos. En Roma descansarán los restos de este sabio que sirvió al Señor “con santidad y justicia en su presencia, todos sus días” (Lc 1,75). Al término de la celebración, el rector del Teresianum, P. Virgilio Pasquetto, leyó un mensaje recibido del P. General en el que calificaba al P. Goya como “docente apreciado grandemente por su competencia y claridad de las lecciones, autor de libros alabados en su especialización, fue siempre un religioso de extrema responsabilidad y dedicación en los múltiples oficios que se le encomendaron durante los años…”.
