Editorial

La tierra que no tocan los políticos es la que abona Cáritas

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Diez años después de que España quedara sumida en la mayor crisis económica de su historia reciente, Cáritas denuncia que 1,2 millones de personas más han entrado a formar parte de la bolsa de la exclusión social. Aunque los indicadores económicos certifican que en 2014 nuestro país salió del agujero en el que estaba sumido, lo cierto es que los índices de paro, la precaridad laboral y los ingresos por familia hablan de un escenario que nada tiene que ver con el marco que dibujan los estudios financieros. La prueba es que la marginación severa se ha disparado un 40%.

Esta supuesta senda de crecimiento no se ha traducido ni en una mayor apuesta de las empresas para mejorar la situación de sus empleados ni en una mayor implicación de las administraciones para velar por los derechos de los ciudadanos. Una vez más, Cáritas demuestra que está ahí y estará para rescatar a los olvidados por las estadísticas, esto es, las mujeres, los niños y los migrantes. Sin embargo, la ONG de la Iglesia no puede ni debe llevar sobre sus hombros un peso que corresponde a los actores políticos, que continúan ensimismados en sus batallas partidistas sin tocar una tierra que solo abona Cáritas.

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