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‘Las otras misericordias’


Un libro de Lucetta Scaraffia (ed.) (Narcea) La recensión es de Carolina Blázquez Casado, OSA

Las otras misericordias, libro de Lucetta Scaraffia, Narcea

Título: Todo contribuye. Guía práctica de conversión ecológica

Editora: Lucetta Scaraffia

Editorial: Narcea

Ciudad: Madrid, 2016

Páginas: 160

CAROLINA BLÁZQUEZ CASADO, OSA | Estamos prácticamente poniendo punto final al Año de la Misericordia y, con este motivo, a lo largo de todo este tiempo de gracia, hemos oído hablar profusamente y hemos encontrado rica información acerca de las obras de misericordia. Creo que la finalidad principal del Año Santo se ha logrado en gran medida. Y no era otra, según expresaba el papa Francisco en la bula de convocación (cf. Misericordiae vultus, nn. 12-13), que ahondar en la buena nueva del cristianismo como revelación de un Dios de rostro entrañable, lleno de amor y misericordia y abrirnos a este amor hasta convertirnos en anuncio y signo de esta misericordia para los hombres de nuestro mundo. Y en este orden, las obras de misericordia han sido ayuda y guía para los cristianos, que hemos despertado a un mayor compromiso en favor de los necesitados, para vivir así en la misericordia recibida y entregada, hasta ser “misericordiosos como el Padre”.

En este contexto debe situarse y leerse el presente libro, Las otras misericordias, dedicado a las obras de misericordia espirituales. No sé si por estar en segundo lugar en la lista (siempre lo último se lee menos, se aprende peor y se recuerda con más dificultad) o por no tener un fundamento evangélico tan claro y explícito como el de las obras corporales en el pasaje de Mateo 25, o también por ser menos concretas en su puesta en práctica, el caso es que estas obras de misericordia, en general, han sido menos atendidas, han ocupado menos espacio para la reflexión en las publicaciones y propuestas; en definitiva, podemos afirmar que son menos conocidas.

En gran medida, las obras corporales han sido asumidas y cubiertas por los estamentos civiles y los organismos públicos en nuestras sociedades desarrolladas; en cambio, las obras de misericordia espirituales tienen hoy una gran importancia y significatividad. Son tarea genuina de los cristianos, porque comportan una perspectiva profética y crítica ante el mundo, y requieren un plus en su puesta en práctica, un plus de caridad, pues están relacionadas y se entienden desde el ágape cristiano, es decir, como forma singular de amar que brota de nuestra fe.

Las “otras obras de misericordia” manifiestan y son signo del corazón de Dios, que siempre rompe nuestra mentalidad y cálculo obrando movido por un amor excesivo, “hasta el extremo”.

Es interesante la fundamentación antropológico-teológica que el libro presenta al inicio. Las obras de misericordia espirituales son cuestionadas por nuestra sociedad desarrollada y posmoderna, caracterizada por un respeto a la libertad del individuo que roza y puede confundirse con la indiferencia, de tal modo que se rehúye toda responsabilidad personal sobre los otros bajo la excusa del respeto a la subjetividad. Corregir, enseñar, perdonar, soportar… son acciones, en cambio, que implican involucrarse en la vida del otro, conllevan una implicación hasta abrazar la fragilidad y dificultad ajena para tratar de iluminarla y salvarla. Las obras de misericordia espirituales trazan el puente desde la indiferencia hacia la responsabilidad y el compromiso.

Armonía coral

El desarrollo de cada una de las obras corre a cargo de diferentes autores que dotan a cada capítulo de una singularidad y peculiaridad propias. Así, el conjunto resulta fresco, nuevo, rico. Su armonía, viveza e interés están ligados a la diversidad de las voces.

Podemos destacar, por ejemplo, el sugerente cambio de perspectiva al explicar cómo “enseñar al que no sabe”. Catherine Aubin nos cuestiona sobre quién enseña a quién en nuestro mundo. En realidad, debemos aprender de quien sabe vivir sin las ataduras del prestigio que dan el saber, conocer y controlar, según los criterios del mundo, para entrar en otra sabiduría, la de los pobres de Dios.

Profundamente pedagógico es el itinerario que Giancarlo Bregantini despliega en “perdonar las ofensas” para lograr sanar las heridas que nos causa el mal. Es bellísima la fundamentación profundamente bíblica y espiritual que propone Francesco Coccopalmerio para comprender el alcance de la llamada a “consolar a los tristes” partiendo de la consolación de Dios según la profecía del Deutero-Isaías.

Para “aconsejar al que duda”, digna de seria reflexión resulta la crítica de Rino Fisichella al relativismo de nuestro tiempo, que ofrece la duda como método y modo de estar ante la realidad; y significativa es también la invitación de Renato Boccardo a ahondar en el sentido de la oración de petición para poder vivir la última obra de misericordia.

Estos son solo unos destellos. Quien lea el libro encontrará muchas perlas para embellecer la vida cristiana.

Publicado en el número 3.011 de Vida Nueva. Ver sumario

Actualizado
11/11/2016 | 00:07
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