‘Todos queremos algo’

Todos queremos algo, fotograma de la película

Todos queremos algo, fotograma de la película

J. L. CELADA | Universidad de Texas, 28 de agosto de 1980. Faltan tres días para que comiencen las clases. Un joven de provincias llega al campus en su deportivo, con las ventanillas bajadas y la música a todo volumen. Así arranca Todos queremos algo, con una imagen que bien podría cerrar los Momentos de una vida del protagonista de Boyhood (2014) o, incluso, de cualquiera de los estudiantes que se despedían del instituto en Movida del 76 (1993). Sin embargo, por más que se adivine una posible secuela de ambos títulos, es su autoría la que hermana a las tres producciones.

Richard Linklater –a quien debemos, por ejemplo, la aclamada trilogía Antes del amanecer (1995), Antes del atardecer (2004) y Antes del anochecer (2013)– es el artífice de una cinta menor en sus aspiraciones (ni pretende esbozar un retrato generacional ni acompañar a ningún niño en su viaje hacia la edad adulta), pero que conserva el aire nostálgico y el tono vitalista de anteriores propuestas del director y guionista estadounidense. También una inconfundible estética de la época y cierto carácter de relato iniciático con trazas autobiográficas.

“Me encanta esta época del año”, “hay que apreciarlo mientras dure”… Comentarios de este tipo se cuelan entre fiesta y fiesta durante las 72 horas previas a la inauguración del curso, que un grupo de universitarios aprovecha como si no hubiera mañana. Movidos por un instinto casi animal y su mentalidad de manada, sortean bromas, novatadas y peleas con la misma pasión y competitividad que emplean para jugar o para ligar. Béisbol, chicas, música (disco, country o punk), alcohol, drogas… Todo cabe en este carpe diem del desfase y el buen rollo, donde los hechos fluyen con aparente normalidad. Seguramente porque ninguno tiene nada que perder… todavía. Salvo el tiempo, a juzgar por su afán de ganarse “el estatus de compañero” a cualquier precio.

Aunque siguiendo una fórmula narrativa largamente explotada por tantas comedias de usar y tirar, el realizador nos invita a acompañar a sus personajes en entrenamientos, conciertos o bailes –incluido el de hormonas–, con un propósito que traspasa la frontera del puro entretenimiento. Entre vestuarios imposibles, máquinas recreativas (pinball, matamarcianos…) y partidas de billar, pimpón, dardos o futbolín, Linklater logra inocularnos el virus de la añoranza, ese que nos hace recordar con una sonrisa lo irresponsablemente libres que fuimos una vez.

Todos queremos algo, reza esta película. Y no es otra cosa que atrapar en un instante aquella juventud por estrenar, cuando, obligados a ganar y a superar obstáculos, teníamos valor hasta para hacer el ridículo. ¡Claro que el futuro se antojaba confuso, pero qué lejano quedaba!

FICHA TÉCNICA

Título original: Everybody wants some!!

Guión y Dirección: Richard Linklater.

Fotografía: Shane F. Kelly.

Producción: Megan Ellison, Richard Linklater, Ginger Sledge.

Intérpretes: Blake Jenner, Juston Street, Ryan Guzman, Tyler Hoechlin, Wyatt Russell, Glen Powell, Temple Baker, J. Quinton Johnson, Will Brittain, Austin Amelio, Zoey Deutch.

En el nº 2.996 de Vida Nueva

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