Alto el fuego en Ucrania para una “guerra entre cristianos”

mujeres entregan cartas de San Valentín a los soldados en Ucrania alto el fuego febrero 2015

El Papa, que clama por el diálogo entre las partes, es criticado por los grupos más radicales

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La tregua ha permitido a la gente volver a salir a la calle

RUBÉN GÓMEZ DEL BARRIO (BERLÍN) | La entrada en vigor, el pasado domingo, del alto el fuego acordado en Minsk llenó de esperanza a los habitantes de Ucrania. Excepto algunos incidentes aislados, el armisticio se respetó en la mayor parte del frente. Tras semanas de ataques continuos, muchas familias se atrevieron a salir a las calles en un día en el que el sol acompañó a este soplo de paz en una región tan disputada.

Un alto el fuego que representa el primero de los trece puntos del plan de salida del conflicto en las regiones orientales ucranianas de Donetsk y Lugansk, y que llega tras una ofensiva diplomática emprendida por la canciller alemana, Angela Merkel; el presidente francés, François Hollande; y sus homólogos ucraniano y ruso, Petró Poroshenko y Vladímir Putin. Un acuerdo que, con el trasfondo de un conflicto que, desde el pasado mes de abril, se ha cobrado unos 6.000 muertos, se alcanzó tras interminables horas de negociaciones.

Sin embargo, días antes de este pacto, ya hubo una voz que, desde el Vaticano y ante el recrudecimiento de los combates, pidió el fin de la violencia fraticida. El papa Francisco, en su audiencia del 4 de febrero, instó a la oración en recuerdo de todas las víctimas y lanzó un mensaje a la comunidad internacional.

“Renuevo mi fuerte llamamiento para que se lleven a cabo todos los esfuerzos para que se reanude el diálogo, el único camino posible para restablecer la paz y la concordia en esa tierra martirizada”, expresó el Papa. “Pienso en vosotros, hermanos y hermanas ucranianos –añadió–. Pensad que esta es una guerra entre cristianos. Pensad que tenéis el mismo bautizo. Estáis luchando entre cristianos”.

Sus palabras fueron firmes, pero dieron lugar a diferentes interpretaciones y críticas desde sectores más radicales de cada ámbito al cuestionar el Santo Padre que de una guerra entre hermanos pueda obtenerse una verdadera victoria, cuando lo único justo es la paz. Por ello, tras la audiencia, el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, intervino para precisar que el Santo Padre se dirigió en todo caso a todas las partes interesadas, confiando en el esfuerzo sincero de cada una de ellas para aplicar los acuerdos alcanzados y recordando el principio de legalidad internacional al que la Santa Sede se ha referido tantas veces desde el comienzo de la crisis.

“El Papa –insistió Lombardi–, mientras invitaba a los fieles a rezar por los muertos y los heridos a causa de la violencia, subrayaba la urgencia de reanudar las negociaciones como el único camino posible para salir de la lógica de un proceso de acusaciones y reacciones”.

Unas palabras que, en pro de la paz y de una solución negociada, iban asimismo dirigidas a todos aquellos que acusaron al Vaticano de guardar silencio ante esta crisis. De hecho, en marzo de 2014, Francisco ya pidió rezar por Ucrania e instó a la comunidad internacional a hacer todo lo posible para “favorecer el diálogo de las partes”. O antes, en el ángelus del 26 de enero del pasado año, el Papa expresó su cercanía a Ucrania y abogó por un diálogo constructivo para poner fin a esta terrible crisis.

Obstáculos para la paz

La postura de Francisco ha sido clara desde el primer momento. Sin embargo, una solución fiable a este conflicto parece todavía lejana. Así lo entiende, al menos, el nuncio apostólico en Ucrania, el arzobispo Thomas Gullickson, quien, en declaraciones a la prensa local, ha asegurado que la anexión de Crimea por Rusia es una clara violación del derecho internacional: “Si Rusia no cede a Ucrania y de forma inmediata el control total de sus fronteras en la región de Donbass, debería cerrar la frontera por el otro lado y bloquear el movimiento de armas y militares”.

Asimismo, Gullickson entiende que la posición de la Santa Sede sobre el conflicto en el este de Ucrania se corresponde con la posición de la comunidad internacional. Es más, este sábado 21, Francisco recibe en el Vaticano a los obispos de Ucrania. Un encuentro con el que la Santa Sede espera contribuir a restablecer la paz en un país que lleva meses sufriendo las consecuencias de la violencia.

“Será una ocasión más –recoge en un comunicado la Oficina de Prensa Vaticana– para encontrar a esos hermanos obispos, para ser informado directamente sobre la situación de ese amado país, para ofrecer consuelo a esa Iglesia y a todos los que sufren, y para analizar juntos caminos de reconciliación y de paz”.

Por otro lado, Angela Merkel, mediadora por el diálogo de paz en Ucrania, será recibida por el Papa este 21 de febrero en el Vaticano.

En el nº 2.930 de Vida Nueva

 

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