Francisco clama por una Sri Lanka reconciliada

papa Francisco viaje Sri Lanka enero 2015

El Papa pide testimoniar el diálogo interreligioso como puente para impulsar la paz

papa Francisco viaje Sri Lanka enero 2015

El papa Francisco con un líder budista

Francisco clama por una Sri Lanka reconciliada [extracto]

DARÍO MENOR (ROMA) | “Nunca se debe permitir que las creencias religiosas sean utilizadas para justificar la violencia y la guerra”. El papa Francisco no cambia su discurso, se encuentre en la conmocionada Europa tras los recientes atentados de París o en Sri Lanka, un país que acaba de salir de casi tres décadas de guerra civil por un enfrentamiento étnico-religioso entre la mayoría cingalesa y la minoría tamil.

Esta pequeña nación asiática, con 1,4 millones de católicos (el 7% de la población), fue la primera etapa del segundo viaje del Pontífice a Asia, que continuó en Filipinas. Los dos días de visita tuvieron como momento más multitudinario la canonización del beato José Vaz, primer santo de Sri Lanka y considerado el más importante misionero cristiano nativo del continente asiático.

En su discurso del pasado martes 13 a su llegada al aeropuerto internacional de Colombo, el Pontífice celebró su “caridad cristiana y respeto a todas las personas, independientemente de su raza o religión”. “Sigue siendo –destacó– una fuente de inspiración y enseñanza en la actualidad”.

Vaz (1651-1711) fue canonizado en la misa que el Papa presidió el miércoles ante más de medio millón de fieles en el Galle Face, un gran parque ubicado en el barrio financiero de Colombo, a orillas del océano Índico.

En su homilía, destacó la figura del nuevo santo como un “ejemplo de celo misionero” que deben seguir todos los fieles. Vaz mostró la importancia de superar “las divisiones religiosas en el servicio de la paz”, un mensaje que ha de inspirar a un país con tanta diversidad como Sri Lanka.papa Francisco viaje Sri Lanka enero 2015

“No hace distinción de raza, pertenencia tribal, condición social o religión en su servicio”, recordó Francisco, subrayando que, para que esta misión tenga éxito, es imprescindible la libertad religiosa. “Todo individuo debe ser libre para que, solo o con otros, busque la verdad y exprese abiertamente sus convicciones religiosas”, sin sufrir por ello coacción alguna. Se trata de un “derecho humano fundamental” para la Iglesia “en salida” que quiere el Pontífice.

Otro gran momento de la visita fue el encuentro interreligioso que Jorge Mario Bergoglio mantuvo el martes en Colombo con 1.000 representantes de las otras confesiones religiosas presentes en la isla: el budismo, que profesa el 70% de sus habitantes; el hinduismo, seguido por el 12%; el islam, la fe de casi el 10%; y otras Iglesias cristianas minoritarias.

La reunión propició una de las imágenes del viaje, cuando uno de los líderes budistas le puso sobre los hombros un chal de tela de color anaranjado al obispo de Roma, que aceptó encantado el gesto de deferencia de su interlocutor.

Durante su discurso, el Papa celebró la consecución de la paz en Sri Lanka y pidió a los distintos credos que se empeñen para conseguir que no vuelva la violencia: “Tenemos que exigir a nuestras comunidades, con claridad y sin equívocos, que vivan plenamente los principios de la paz y la convivencia que se encuentran en cada religión, y denunciar los actos de violencia que se cometan”.

Aunque el conflicto armado protagonizado por los Tigres Tamiles, un grupo considerado terrorista por la Unión Europea y los Estados Unidos, concluyó en 2009 con la derrota militar de los rebeldes por parte del Ejército, las tensiones étnico-religiosas continúan, pues una parte de la población pretende imponer el budismo a las minorías.

Por eso el Pontífice pidió que “el creciente espíritu de cooperación” existente hoy entre los líderes de las diferentes comunidades religiosas se traslade a toda la sociedad. Se logrará de esta manera un compromiso para “poner la reconciliación de todos los habitantes de Sri Lanka en el centro de los esfuerzos por renovar la sociedad y sus instituciones”.

La fe, “completa”

El diálogo, eso sí, no puede alcanzarse si cada fe no presenta de manera “completa y franca” sus convicciones. Solo si “somos honestos” al mostrar cada uno en lo que cree, cuáles son sus tradiciones y prácticas, se podrá “ver con más claridad lo que tenemos en común”. Es en ese escenario cuando se abren “nuevos caminos para el mutuo aprecio, la cooperación y, ciertamente, la amistad”, algo muy necesario en un país como Sri Lanka, en el que la población ha sido durante décadas víctima de conflictos y violencias.

“Lo que se necesita ahora es la recuperación y la unidad, no nuevos enfrentamientos y divisiones”, subrayó el líder católico. “Espero que la cooperación interreligiosa y ecuménica demuestre que los hombres y las mujeres no tienen que renunciar a su identidad, ya sea étnica o religiosa, para vivir en armonía con sus hermanos y hermanas”.

Aunque Pablo VI y Juan Pablo II también estuvieron en Sri Lanka, no pudieron celebrar un encuentro interreligioso por la oposición de los líderes budistas de entonces, como recordó el portavoz vaticano, el jesuita Federico Lombardi. Los interlocutores de Francisco en este encuentro mostraron una gran sintonía con él en sus mensajes.

El representante de la comunidad musulmana condenó el “terrorismo, el racismo y el extremismo”, citando entre sus víctimas a los fallecidos en los atentados de París y a los del ataque a una escuela en Pakistán el pasado diciembre. El líder budista, por su parte, destacó la dedicación de todas las religiones a la defensa de la paz.

En su primer día en la “Perla del Índico”, como él mismo la denominó, el primer Pontífice latinoamericano tuvo que esforzarse al máximo. El cansancio por el vuelo y el retraso acumulado por el recorrido de 28 kilómetros por las calles de la capital, a lo largo de las cuales fue aclamado por alrededor de 300.000 ceilandeses, hizo que no pudiera acudir al encuentro previsto con los prelados del país. En su lugar, se presentó el secretario de Estado, el cardenal italiano Pietro Parolin.

Lombardi insistió en que la salud del Papa “es buena” y que solo estaba “un poco cansado” a consecuencia del vuelo y de la larga marcha bajo el sol desde el aeropuerto hasta la ciudad. “Había gente siempre. Era impresionante”, comentó el portavoz vaticano, para quien la recepción fue algo “fuera de lo común”.

La diversidad, fuente de enriquecimiento

También se salió de los planes iniciales (acabó más tarde de lo previsto) la visita de cortesía que realizó al presidente del país, Maithripala Sirisena, recién elegido en unas elecciones en las que se intentó utilizar el viaje con fines electoralistas, como denunció en varias ocasiones el cardenal Malcolm Ranjith, arzobispo de Colombo y presidente del Episcopado.

A su llegada al aeropuerto, donde le esperaba el presidente, el Pontífice fue recibido por 40 elefantes engalanados con telas de colores. En su discurso destacó cómo el país ha superado los enfrentamientos, pero pidió un “proceso de recuperación” que incluya “la búsqueda de la verdad”. No se trata de “abrir viejas heridas”, sino de servirse de un “medio necesario para promover la justicia, la recuperación y la unidad”.

En la construcción de la reconciliación, los distintos creyentes tienen “un papel esencial”, pues la diversidad en Sri Lanka ya no se ve “como una amenaza, sino como una fuente de enriquecimiento”. La visita a la antigua Ceilán también incluía una oración mariana en el santuario de Nuestra Señora de Madhu, importante lugar de peregrinación para los católicos situado al norte de la isla. Al cierre de esta edición, aún no se había celebrado.

En el nº 2.925 de Vida Nueva

Compartir