Éffeta: la misión bulle en Salamanca

Éffeta, plataforma para la nueva evangelización en Salamanca

Nace un foro para la nueva evangelización que integra a sacerdotes, religiosos y laicos

Éffeta, plataforma para la nueva evangelización en Salamanca

Éffeta: la misión bulle en Salamanca [extracto]

ROBERTO RUANO ESTÉVEZ | “Es el amor de Cristo el que llena nuestros corazones y nos impulsa a evangelizar. Hoy como ayer, Él nos envía por los caminos del mundo para proclamar su Evangelio a todos los pueblos de la tierra. (…) Por eso, también hoy es necesario un compromiso eclesial más convencido a favor de una nueva evangelización para redescubrir la alegría de creer y volver a encontrar el entusiasmo de comunicar la fe”.

Este texto, recogido del motu proprio de Benedicto XVI Porta fidei (nº 7), viene a ser la carta de presentación de Éffeta, un foro para la nueva evangelización que acaba de nacer en la Diócesis de Salamanca.

En el fondo, se trata de una invitación, la que hacen desde esta novedosa plataforma eclesial, a compartir y a renovar la experiencia de fe y de Dios. Con un objetivo claro: llenar la Iglesia local de luz y de color, de calor y de pasión.

Éffeta, plataforma para la nueva evangelización en Salamanca

Algunos de los responsables y miembros del foro

Este espacio lo componen un grupo de 123 personas, pertenecientes a distintos ámbitos eclesiales (parroquias, movimientos laicales y congregaciones religiosas) y a diversas formas de vida, ministerios y servicios apostólicos. Todos tienen en común el deseo de aunar fuerzas e inquietudes pastorales de cara a los desafíos que presenta hoy la misión. Deseos apostólicos de sumar y de avivar, de arrimar el hombro y dejar de bostezar.

La historia de Éffeta es muy reciente. Todo comenzó hace un par de años, con la lectura y el estudio del libro Evangelizar, del ahora cardenal Fernando Sebastián. Una decena de sacerdotes de la diócesis empezó a buscar pistas, a interrogarse sobre cómo afrontar los retos que presenta a diario su pastoral. Estudiaron a fondo el libro y se dejaron iluminar por las intuiciones de Sebastián.

“Fue tan bueno el resultado, el hecho de juntarnos para estudiar, que decidimos abrir el círculo y seguir convocando, ya no solo a sacerdotes diocesanos, sino también a religiosos y a laicos para reflexionar qué de nuevo se podía hacer, a nivel pastoral, en Salamanca”, comenta José María Miñambres, párroco de san Juan Bautista, exrector del Seminario Diocesano San Carlos Borromeo y miembro fundador de Éffeta.

“Prefiero una Iglesia accidentada por salir que enferma por encerrarse”. Aún interpela esta frase de Francisco en Evangelii gaudium. Así, el nombre y el espíritu de Éffeta obedecen a esta invitación que nos hace el Papa de apertura a realidades completamente nuevas; a no permanecer en lo de siempre; a experimentar nuevas formas de evangelizar; a ensayar, aun con el riesgo de equivocarnos o incluso de no llegar. Por eso, palabras y términos como “laboratorio”, “taller”, “frontera” o “tanteo” son muy frecuentes entre los miembros de este foro salmantino.

Arraigada en la diócesis

Su creatividad y la aportación que hacen a la pastoral ordinaria se halla en plena sintonía con las instancias diocesanas oficiales: “No somos un grupúsculo raro. No estamos ni en los márgenes ni en las periferias eclesiales. Todo lo hacemos en plena comunión con la Diócesis de Salamanca”, aclara Miñambres, quien destaca ese deseo de no “puentear” o hacer algo que choque con otras iniciativas pastorales diocesanas.

De hecho, es muy reseñable que las reuniones de Éffeta tengan lugar en la Casa de la Iglesia, en el mismo pasillo donde se encuentra el despacho del obispo, Carlos López, al corriente desde el principio de todos y cada uno de sus pasos.

“Enriquecer el tejido eclesial local es uno de nuestros principales objetivos. Acogemos las propuestas pastorales de nuestra diócesis y nos comprometemos a trabajar decididamente en su desarrollo con creatividad”, explica Nacho Gómez, sacerdote diocesano, profesor de Religión y miembro desde el minuto cero de este foro evangelizador.

Si mantener el equilibrio entre lo particular y lo diocesano es uno de los retos que han de afrontar con sutileza y mucha mano izquierda, otro de sus propósitos es llegar a ser un verdadero taller y laboratorio apostólico, donde se afronten retos y desafíos novedosos.Éffeta, plataforma para la nueva evangelización en Salamanca

“A veces encontramos dificultades grandes para ser apóstoles –reconocen desde Éffeta–, para que otros experimenten la riqueza de la fe como un tesoro. Es importante descifrar y descubrir los distintos tipos de dificultades: las externas, propias de un contexto social que no favorece la transmisión de la fe; las dificultades internas de la misma Iglesia y la vida de nuestras comunidades, tantas veces movidas por la inercia y el cansancio; las dificultades personales de lo que pueda suponer exponerse ante la incomprensión o el rechazo”.

Por este motivo, el foro quiere ser un espacio, un lugar, una plataforma eclesial donde se afronten los retos y desafíos más urgentes de la diócesis. Desde el carácter testimonial hasta el compromiso con los más necesitados; desde los más cercanos y comprometidos hasta los más alejados de la Iglesia.

Ensayan y trabajan iniciativas que puedan abarcar diferentes franjas pastorales aún no atendidas por otras instancias diocesanas, pero les preocupa sobre todo la franja de edad que comprende los 30-60 años. La ven la más empobrecida. Es su gran baza y el campo de su siembra.

Seguidores entusiastas del Concilio Vaticano II y los textos conciliares, a los que califican de “brújula segura para orientarnos en nuestra vida de cristianos”, defensores de la familia y el matrimonio entre un hombre y una mujer, y críticos con el capitalismo financiero, reivindican –en un comunicado, hecho público el pasado 5 de noviembre– la figura del cristiano en las entrañas de la política, a quien piden coherencia y valentía a la hora de dar testimonio de su fe.

Así lo manifestaban en la Plaza de Barcelona: “Necesitamos profetas, hombres y mujeres indignados, centinelas vigilantes, colaboradores incansables del Reino de Dios, para escribir un relato nuevo de la historia, alentados por la confianza en Dios y la fe en el ser humano”.

Estos son su estilo y señas de identidad: variedad y pluralidad de escenarios, personas y carismas. Por eso, todo bautizado tiene cabida en Éffeta. Con el esquema marcado en distintos lemasUna fe que es principio y fundamento de vida; Una fe que anuncia y convoca; Una fe que irradia, se testimonia y contagia; Una fe comprometida y humanizadora, que denuncia y transforma; y Una fe que celebra la alegría de creer–, el foro se presentó el pasado mes de octubre al gran público de Salamanca. Entonces, ya quedó claro lo que ofrecían: retiros, oraciones, exposiciones, actos públicos en calles y plazas, charlas y celebraciones eucarísticas… Todo con un revestimiento singular y una estética muy cuidada, sello particular de la casa.Éffeta, plataforma para la nueva evangelización en Salamanca

En conclusión, un gran abanico de ofertas para intentar transmitir, por encima de todo, alegría, pasión y esperanza, tan necesarias en nuestra Iglesia.

Un talante, un estilo para la acción

Aunque todavía es pronto para hablar de frutos, o incluso de brotes verdes, la ilusión y la iniciativa de este foro son innegables. Son propuestas que enriquecen, que hacen grande y ensanchan a esta Iglesia de Salamanca.

Tal y como aquí se dibuja: “Una acción que sea expresión de un dinamismo de comunión, pluralidad y corresponsabilidad eclesial. Una acción donde se cuide la convocatoria, la atmósfera, los materiales, la personalización. Una acción con un estilo sencillo, pero hondo; de fácil comprensión, pero que movilice a toda la persona, con inteligencia, sentimientos y voluntad. Una acción que juegue con imágenes, colores, música, reflexión, oración. Una acción en la que se haga protagonistas a las personas que participan en ella (gestos, testimonios, símbolos, palabras) y que conlleve un compromiso más allá de la acción. Una acción procesual: que marque un itinerario propio, con sentido, pedagógico y progresivamente enriquecedor”.

No se trata de ningún manual de estilo, sino, más bien, del talante que este foro quiere tener en toda acción evangelizadora.

En el nº 2.888 de Vida Nueva

Compartir