Una nueva teología para la mujer

Expertos hablan para VN sobre cómo atender este llamamiento del papa Francisco

mujer chica joven estudiante de Biblia

DARÍO MENOR (ROMA) | Día 28 de julio de 2013. Mientras vuelve a Roma en el vuelo papal desde Río de Janeiro, Francisco honora su compromiso del viaje de ida y comparece ante los periodistas. Durante una hora y veinte minutos responde a todas las preguntas que le hacemos los informadores que le acompañamos en el avión. Entre ellas, dos que desvelan una inquietud del Papa.

Anuncian una próxima reflexión que afectará a más de la mitad de los 1.300 millones de católicos del mundo. “Creo que aún no hemos hecho una teología profunda de la mujer en la Iglesia. Solo puede hacer esto o aquello, ser monaguillo, leer las Lecturas o ser presidenta de Cáritas… ¡Pero hay más! Es necesaria una profunda teología de la mujer”, dice en su primera respuesta.

En la segunda, da una idea de lo que queda fuera en este proceso de discernimiento: “Con referencia a la ordenación [sacerdotal] de la mujer, la Iglesia ha hablado y dicho ‘No’. Lo dijo Juan Pablo II con una fórmula definitiva. Esa puerta está cerrada, pero quiero decir una cosa: la Virgen María era más importante que los apóstoles, los obispos, los diáconos y los sacerdotes”.

¿Qué es esa “teología de la mujer” que propone Francisco? ¿Por dónde comenzar? ¿Hay ya algún camino andado? ¿Quién debe realizarla, solo las católicas o también los hombres?

A juicio de Lucetta Scaraffia, profesora de Historia Contemporánea en la Universidad La Sapienza de Roma y corresponsable del suplemento femenino de L’Osservatore Romano, la reflexión propuesta por Francisco no debería solo partir de la teología, sino también de la antropología, lo que ayudaría al discernimiento “sobre el concepto de complementariedad, que está en la base de la Mulieris Dignitatem y que crea la fractura más profunda entre la cultura católica y la idea moderna de emancipación femenina”.

No empezar de cero

Armando Matteo, profesor de Teología en la Pontificia Universidad Urbaniana y que ha estudiado esta cuestión en el ensayo La fuga de las mujeres de cuarenta años. La difícil relación de las mujeres con la Iglesia, piensa que la reflexión que propone Francisco no empieza de cero. “Desde la época de Juan XXIII, la parte más grande del trabajo ya se ha hecho, pero se trata de un trabajo ‘negativo’: quitar del imaginario colectivo todos los elementos de subordinación o inferioridad que se atribuían a la mujer. Lo que queda es un trabajo más positivo, que es sobre el que insiste el Papa”.

En la elaboración de esta nueva teología, añade, debe estar presente una pregunta: ¿cómo sería un cristianismo que no afronta solo desde la perspectiva masculina conceptos como la fe, la comunidad, el ejercicio del poder, la oración o la moral sexual? Para ello hay que superar la imagen que difunde la Iglesia hoy de forma mayoritaria, “demasiado masculina, a veces casi episcopal, y por tanto potencialmente lejana de la realidad, también de aquella eclesial, que está formada por más mujeres que hombres”.

Considera igualmente que la reflexión debe partir del terreno recorrido en las últimas décadas Nuria Calduch-Benages, profesora de Sagrada Escritura en la Universidad Pontificia Gregoriana y religiosa de las Misioneras Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret.

En particular, destaca el aumento en el número de féminas que se dedican a la investigación y a la enseñanza de la teología: “Hoy se puede ya hablar de una nutrida comunidad de estudiosas, sujetos de reflexión teológica, creadoras de un nuevo modo de hacer teología, de un nuevo lenguaje y simbología”.

Son estas expertas las que parecen llamadas a ser protagonistas en el discernimiento que propone el Papa. Así lo desea Carmen Sammut, presidenta de la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG) y religiosa de las Misioneras de Nuestra Señora de África (Hermanas Blancas): “A Francisco, lo primero que le sugeriría es que eligiese a un grupo de teólogas para trabajar en este tema. Hay muchas que son muy capaces. Las mujeres han de ser las protagonistas, aunque haya algunos hombres implicados”.

Algunas intelectuales notables como Marinella Perroni, expresidenta de la principal asociación de teólogas italianas y profesora en el Pontificio Ateneo S. Anselmo de Roma, consideran que más que una introspección teológica “solo para mujeres”, lo necesario es una reflexión “para toda la Iglesia”.

Una nueva teología para la mujer [íntegro solo para suscriptores]

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En el nº 2.872 de Vida Nueva.

 

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