Sylvester Heereman: “El punto de referencia es Jesucristo, no Maciel”

Vicario general de la Legión de Cristo y el Regnum Christi

Sylvester Heereman, vicario general de la Legión de Cristo y del Regnum Christi

DARÍO MENOR. ROMA | El alemán Sylvester Heereman es el vicario general de la Legión de Cristo y del Regnum Christi (su rama laica), y ejerce las funciones de director general desde el pasado octubre. A Heereman, de 38 años, le toca llevar las riendas del instituto fundado por Marcial Maciel hasta que se celebre, a principios de 2014, el capítulo general que debe poner punto final al período de oscuridad en que quedó el instituto después de que se destaparan los pecados y delitos de su fundador. Trabaja bajo la supervisión del cardenal Velasio de Paolis, delegado pontificio en la Legión de Cristo desde 2010.

PREGUNTA.- Entrevisté a De Paolis en marzo de 2012 y me dijo que su misión era “sacar a la Legión del túnel”. ¿Lo ha logrado?

RESPUESTA.- Hemos salido del túnel, pero aún no hemos llegado a la meta. Cada cual, a nivel individual, está en su etapa personal. Eso hay que respetarlo y también ha de ayudarnos para salir juntos. Desde el punto de vista anímico, efectivamente, la gran mayoría ha superado el desconcierto, la confusión y el dolor. Desde el punto de vista institucional y estructural, vemos el camino bastante bien delineado. Pero el aspecto más importante es un renacer de la propia identidad, del propio carisma entendido con más profundidad, con más autenticidad evangélica.

P.- Cuando estalló el problema de Maciel, Benedicto XVI podría haber cerrado la congregación, pero quiso darle otra oportunidad. ¿Cómo irán las cosas con Francisco?Sylvester Heereman, vicario general de la Legión de Cristo y del Regnum Christi

R.- No hemos tenido contacto directo hasta hace poco. Le pude saludar en la vigilia de Pentecostés; ha sido mi único contacto hasta ahora. Fue muy corto, evidentemente, y bonito. Le dije que representaba al Regnum Christi y a los Legionarios y que quería comentarle varias cosas. La primera era agradecerle la maternidad de la Iglesia, que nos había acogido y sostenido. Realmente lo siento así. También quería transmitirle nuestra entrega y nuestros dolores. Ahí me conmoví y se me cortó la voz, por lo que él me dio una palmada en el brazo diciéndome: “Adelante, no te aflojes”. Ese fue el mensaje del vicario de Cristo para mí y para todos: hay que mirar adelante, con confianza, esperanza y un entusiasmo renovado.

P.- ¿Le duele que en este período tan difícil las cosas buenas de la congregación casi no se vean? ¿Siente como si les hubieran puesto las ‘orejas de burro’ y estuvieran marcados en su caminar en la Iglesia?

R.- Personalmente no me siento así. Por un lado, hay muchísimo apoyo a nivel eclesial: entre los superiores generales de otras congregaciones, por ejemplo, hay mucho espíritu fraterno, sostén y comprensión. Hay muchas personas que después de la crisis nos quieren más que antes. Antes no teníamos ‘orejas de burro’, pero tal vez nos veían con orejas de lobo, y quizás nos lo ganamos a pulso, posiblemente nos sentíamos demasiado orgullosos de lo propio, sin vivir siempre una verdadera espiritualidad de comunión. En el ámbito eclesial esto ha cambiado mucho.

A nivel personal

P.- A nivel personal, ¿se creyó los rumores sobre Maciel que circularon durante años?

R.- En el 2006, cuando el Papa intervino, yo todavía era estudiante de Teología. Entonces pensé que era una medida que la Iglesia tomaba por motivos seguramente válidos y que sabía lo que hacía. Pero yo estaba convencido de que algún día se iba a aclarar, que era todo un error. Cuando me informaron los propios superiores de los hechos, no me quedó más remedio que creerlo y aceptar que estos hechos eran reales. Al principio sentí mucha confusión y dolor. Me pasé tres noches sin dormir. Luego pude asimilarlo rápidamente a nivel anímico. Es un proceso de luto que cada uno vive según su personalidad. Ahora vivo serenamente con esa realidad. Aun así, siento que es algo que no hemos terminado todavía de entender suficientemente. No me refiero a la historia, a los detalles concretos de tiempos, lugares y circunstancias. No creo que eso aporte luz. Sé lo esencial y sé que el fundador no es un modelo a seguir. Sé que ha cometido pecados y hasta delitos importantes, gravísimos, que ha hecho daño a otras personas, y sé que al mismo tiempo no era un demonio, como dijo el cardenal De Paolis en la entrevista que concedió a Vida Nueva. Él no es el punto de referencia, el punto de referencia es Jesucristo, como también lo es la inspiración fundamental que el fundador recibió y buscó transmitir.

Las respuestas completas, y más declaraciones sobre el gran número de personas que han dejado la Legión, reflexiones sobre la pastoral vocacional y la formación, los graves problemas económicos de algunos territorios de la congregación, las reacciones que percibe dentro y fuera de la Iglesia a este proceso de renovación, en la entrevista íntegra, solo para suscriptores

En el nº 2.855 de Vida Nueva.

 

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