Islámicos construyen su primera mezquita formal en Bogotá

En tres meses entraría en funcionamiento

Con la expansión urbana, el cambio de uso y el deterioro propio de los cambios en algunos espacios de la capital colombiana, la Asociación Benéfica Islámica (una de las expresiones de la comunidad musulmana con personería jurídica) en Bogotá, optó por vender la mezquita que desde 1979 tenían en el ala oriental del viejo centro de la ciudad. El paso en proceso aún, es del cuarto piso de un viejo edificio bogotano a una mezquita formal y con evidente perspectiva a cierta distancia sobre la intersección de la calle 80 con carrera 30. Una mezquita auténtica en su estilo arquitectónico y producto de un proyecto de cambio, que esa comunidad venía pensando con ilusión desde hace décadas y que decidió solo hasta hace tres años, empezar a concretar.

Aquel deseo colectivo y ese espíritu de unidad ha llevado a cada uno de los miembros de la comunidad musulmana a aportar económicamente para la construcción de esta obra. “Después de ahorrar y lo más importante con la venta de la mezquita del centro, todos, sin excepción, hemos aportado desde 10 mil pesos y los que han podido, un poco más”, informó Ahmad Tayel, un hombre de origen sirio, enraizado en Colombia hace 18 años, miembro activo de la comunidad musulmana en Bogotá y Sheikh de la mezquita.

La nueva sede religiosa islámica está a poca distancia de la Conferencia Episcopal de Colombia, en el noroccidente de la ciudad. Tiene en su totalidad 900 metros cuadrados de área construida, los cuales, un poco más de la tercera parte están destinados específicamente como espacio para culto, permitiendo una capacidad para congregar aproximadamente 400 personas. Su ubicación promete ser un referente, por cuanto desde distintos ángulos y a gran distancia destacan su cúpula y minarete, que alcanza 15 metros de altura.

Es una mezquita relativamente pequeña si se la compara con otras, erigidas en diversas ciudades del mundo, incluso si se confronta con la que está ubicada en Maicao (Guajira) que es de mayor tamaño y gran representatividad. A ese respecto, se tuvo en cuenta que en la capital colombiana quienes profesan la fe islámica no llegan a ser mil personas, “pueden haber 700 personas, no serían más”, estima Ahmad.

Aunque se esperaba que la obra estuviera lista para el ramadán (20 de julio al 19 de agosto), ello no fue posible; sin embargo, sí entrará en funcionamiento en tres meses. Por ahora, las reuniones de culto semanal (los viernes) se vienen haciendo en otros sitios destinados para congregarse. “Estamos andando muy rápido con la obra, precisamente para terminar con esa temporalidad de los otros lugares, que a veces son la casa de algún hermano o casa definida como mezquita”, explicó Ahmad. Otro de los objetivos que se ha planteado la Asociación Benéfica Islámica es que esta mezquita tenga en detalle todas las características externas e internas, relativas a su naturaleza cultural y religiosa.

“Con respecto a licencias y permisos, así como la reacción de los vecinos no hemos tenido contratiempo alguno y por el contrario la gente se ha portado muy bien y con las autoridades la respuesta ha sido muy positiva”, destacó el abogado Nelson Ordoñez, convertido a la fe islámica hace ocho años y otra de las personas que han estado al frente del proyecto, en particular en lo referente a las relaciones con el Distrito y con la comunidad más próxima a la mezquita.

La construcción del templo se convertirá en otro factor de diálogo interreligioso, por cuanto se tiene previsto que una vez concluida la obra, se hará una invitación a todas las representaciones religiosas legalmente constituidas en el país a un acto especial de apertura, en el que no faltará la oración común y la expresión de nuevas propuestas con carácter ecuménico. VNC

TEXTO: J. Escobar. FOTO: HUMBERTO PINTO

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