‘El mundo es nuestro’: rehenes por un día

El mundo es nuestro fotograma de la película

El mundo es nuestro fotograma de la película

J. L. CELADA | El pasado fin de semana, miles de adolescentes y jóvenes españoles hacían cola ante las salas de todo el país para ver Tengo ganas de ti, hasta el punto de que esta adaptación de un nuevo éxito del italiano Federico Moccia se ha convertido ya en la mejor apertura del año en taquilla.

Mientras tanto, con muchas menos copias y lejos del ruido mediático que generan Mario Casas y compañía, irrumpía en la cartelera una producción de la factoría andaluza que compensa su evidente falta de glamour con un gracejo que para sí quisieran ciertos fenómenos mediáticos.

La cinta en cuestión lleva por título El mundo es nuestro, que bien podría ser el grito de guerra de su pareja protagonista, si no fuera porque estos dos nini sevillanos de barrio ya tienen uno más ajustado a sus planes: “Ante el terrorismo financiero, expropiación bancaria”.

Y sobre ello andan discutiendo en el arranque de esta historia, cuando les sorprendemos –a lomos de un ciclomotor y con sendos capuchones de nazareno por montera– camino del golpe de sus vidas.El mundo es nuestro fotograma de la película

Pero incluso antes de sus atropelladas disquisiciones al hilo de la actualidad económica y la justicia social, como si de un Pulp Fiction sureño se tratara, los atronadores créditos iniciales ya nos ponen sobre aviso de que Alfonso Sánchez –director, guionista, productor y actor de esta comedia coral– va a poner patas arriba el orden establecido. El que han impuesto la corrupción y la codicia de políticos y banqueros, y el que dictan unos mínimos cánones estéticos para este arte.

Junto a Alberto López, compañero de correrías delante y detrás de la cámara desde que ambos se iniciaran en esto del humor con otros soportes, el padre de esta disparatada función nos conduce a la sucursal bancaria que ellos mismos se disponen a atracar.

Lo que allí se encuentran El Cabeza y El Culebra –nombres de batalla de nuestros aspirantes al Dioni– es una fauna humana muy variopinta: una funcionaria, un parado que hace “chapucillas”, una pareja a punto de firmar su hipoteca, una periodista novata, un empresario corrupto, el personal de la oficina, un chino… y una sorpresa de última hora que será el desencadenante de cuanto suceda dentro y fuera del local, incluido el consiguiente circo mediático y policial.

Con estos mimbres, la verborrea de los personajes y la lógica aplastante de sus reivindicaciones, el debutante Sánchez arma una película irregular pero digna, sin otra pretensión que la de hacernos pasar un buen rato a costa de preocupaciones tan familiares.

“La gente humilde está harta de ser ninguneada”, claman los entrañables seres que la habitan. Como ellos, hijos de una generación sin oportunidades, también su creador busca la suya. Que con la llegada del verano nos atrape por un día el síndrome de Estocolmo, es hasta cierto punto disculpable.

FICHA TÉCNICA:

TÍTULO ORIGINAL: El mundo es nuestro.

GUIÓN Y DIRECCIÓN: Alfonso Sánchez.

FOTOGRAFÍA: Daniel Mauri.

MÚSICA: Maravilla Gypsy Band.

PRODUCCIÓN: Álvaro Alonso y Alfonso Sánchez.

INTÉRPRETES: Alfonso Sánchez, Alberto López, Alfonso Valenzuela, Joserra Leza, María Cabrera, Daniel Morilla, Olga Martínez, Francisco Torres, Maite Sandoval, Antonia Gómez, Antonio Dechent.

En el nº 2.807 de Vida Nueva.

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