División en los escolapios de Valencia

Una veintena de religiosos crea una nueva institución vinculada al Camino Neocatecumenal

El General de los escolapios, Pedro Aguado (izq.), y el cardenal Rodé

JOSÉ RAMÓN NAVARRO PAREJA. VALENCIA | El Arzobispado de Valencia, a través de su pastoral educativa, acogerá a una veintena de religiosos de la Provincia Escolapia de Valencia que, tras un proceso de discernimiento, en el que ha intervenido la Santa Sede, crearán una nueva realidad eclesial. La decisión cierra un proceso de división que amenazaba desde hace unos años a esta provincia, donde un grupo de religiosos pretendía vivir de forma distinta el específico carisma escolapio.

La problemática surgió hace más de una década, cuando dentro de los escolapios de Valencia se fue constituyendo un grupo de religiosos con una sensibilidad muy vinculada al Camino Neocatecumenal. De hecho, la mayoría de ellos seguían vinculando su formación a la realidad eclesial iniciada por Kiko Argüello. En la práctica, a los problemas que supone esta doble obediencia, estos religiosos fueron introduciendo en los colegios una serie de prácticas pedagógicas y pastorales que, para el resto de escolapios, se alejaban del carisma de “piedad y letras” heredado del fundador, san José de Calasanz.

La situación de división en la provincia llegó a tal extremo que fue analizada por el 46º Capítulo General de la Orden, celebrado en 2009 en Peralta de la Sal (Huesca). Una de las proposiciones instaba al Padre General a intervenir “decisoriamente en este asunto, cuanto antes”. Tras varias visitas a la Provincia, y tras entrevistas con los religiosos, el General, Pedro Aguado, realizó una primera propuesta con la que pretendía enviar a algunos de estos escolapios a otras demarcaciones, a la par que pedía que se acogiera desde la Orden la experiencia vivida por estos religiosos, de manera que se pudieran “discernir” las claves “desde las que estos hermanos desean vivir su vocación”.

Sin embargo, la propuesta chocaba con las pretensiones de los religiosos vinculados al Camino, que pedían que se dejaran en sus manos dos colegios de la provincia (el del barrio valenciano de La Malvarrosa y el de la localidad de Algemesí) en los que ellos pudieran desarrollar lo que consideraban que era el “auténtico carisma escolapio”.

Así, ante la negativa de los religiosos a aceptar la solución propuesta, el Padre General les pidió obediencia con el fin de que quedara claro que la fidelidad como escolapios está centrada en la orden “y no en ninguna experiencia educativa y eclesial concreta, por rica que esta sea”.

Roma dicta sentencia

Pero en ese momento, los miembros de este grupo entendieron que las decisiones tomadas por el Padre General “no respondían a la voluntad de Dios para ellos y para la Provincia”, por lo que, alentados por varios obispos españoles, solicitaron la mediación de la Santa Sede y expusieron la problemática a Kiko Argüello.

En un primer momento, el entonces prefecto para la Vida Religiosa, el cardenal Franc Rodé, exhortó a los religiosos a la obediencia al General. Sin embargo, en julio de 2010, tras el estudio detallado del caso, el cardenal Rodé ordenaba la realización de una visita apostólica a la provincia, que encomendó a Esteban Escudero, por aquel entonces obispo auxiliar de Valencia.

Tras la visita, este firmó un decreto por el que dejaba a la Provincia de Valencia en una situación de “espera e interinidad”, pendiente del pronunciamiento definitivo de la Santa Sede, y anulaba las decisiones tomadas hasta entonces por el Padre General. Este pronunciamiento llegaría a finales de octubre del año pasado y, en él, se reconocía la existencia de un grupo de religiosos “con una sensibilidad eclesial muy marcada y que quiere vivir de forma distinta el estilo de vida y el carisma escolapio”. Por esa razón, instaba a este grupo a “salir de la Orden” y comenzar un nuevo camino “desde un ente diferente de la Orden de las Escuelas Pías” y con una identidad “clara y distinta”.

La carta de la Santa Sede marcaba la fecha del 25 de noviembre de 2010 como límite para comunicar al Padre General la decisión de abandonar la Orden. Según las fuentes consultadas por Vida Nueva, 23 escolapios (dieciocho ordenados y cinco novicios) habrían optado por dejar la Orden para integrar este nuevo carisma. De acuerdo también con las disposiciones vaticanas, el presidente de CONFER, el jesuita Elías Royón, es el delegado pontificio que debe acompañar y asesorar a este grupo en el proceso de constitución del nuevo ente.

Según el documento de la Santa Sede, este nuevo instituto comenzará su andadura el curso 2011-2012, cuando estos religiosos se inserten “en la pastoral educativa del Arzobispado de Valencia”. Mientras, aunque ya han sido destituidos de sus cargos, seguirán colaborando con las obras escolapias hasta que finalice el actual curso.

Por su parte, la provincia continúa con su ritmo habitual. El pasado 26 de febrero, Francisco Montesinos era reelegido como superior provincial, y el capítulo nombró también a los escolapios que cubrirán las vacantes dejadas por quienes han formado el nuevo grupo.

En el nº 2.745 de Vida Nueva.

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