Jesús Catalá, nuevo obispo de Málaga

Dorado se despidió de sus diocesanos: “Os doy las gracias y os pido perdón”

(Miguel Ángel Malavia) Al mediodía del viernes 10 de octubre, la Santa Sede, a través de la Nunciatura Apostólica en España, hizo público el nombramiento de Jesús Catalá como nuevo obispo de Málaga. El que hasta ahora era titular de Alcalá de Henares llega a la diócesis malacitana en sustitución de Antonio Dorado, quién llevaba quince años pastoreando esa sede andaluza, y a quien Benedicto XVI ha aceptado su renuncia por edad, después de haber cumplido en 2006 los 75 años.

El obispo saliente dirigió esa misma mañana una carta de despedida de sus diocesanos. Bajo el título ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!, les pidió que acogieran a su nuevo pastor “con esperanza, con alegría y con gratitud”. De Jesús Catalá destacó Dorado sus “grandes dotes humanas y su preparación pastoral y teológica”, afirmando que “su venida constituye una riqueza indudable para la diócesis”. Con ese mismo tono de humildad y cercanía tan característicos, quiso dar las gracias “a todos los malagueños” por su “gran comprensión, afecto, colaboración apostólica y cercanía fraterna”. Antonio Dorado finalizó pidiendo “perdón” por los “sufrimientos que haya podido causar”. “¡Dios sabe que siempre intenté dar la respuesta que me sugería el Espíritu, pero comprendo que mi discernimiento pudo ser poco acertado en ocasiones! Por todo ello, a la vez que os doy las gracias y os pido perdón, me encomiendo a vuestras oraciones como un hermano vuestro en la fe”, concluyó.

En cuanto a su sucesor, Jesús Catalá también se dirigió a sus nuevos fieles a través de otra misiva. Comenzando la misma con un “saludo de paz en nombre del Señor Jesús”, hizo especial hincapié en el hecho de que ese mismo día se celebrara la festividad de santo Tomás de Villanueva, quien se formó en la Universidad Cisneriana de Alcalá de Henares (de donde sale ahora) y ejerció su magisterio sacerdotal en la archidiócesis de Valencia (de la que es originario). Por ello, Catalá pidió su “intercesión” para ser “un santo pastor”.

Grande es mi deseo de conoceros personalmente -comienza su carta- y de ‘hacer camino juntos’, viviendo la dimensión sinodal de la Iglesia, promoviendo la diversidad de carismas al servicio de la unidad y compartiendo ilusiones, esperanzas y trabajos por el Reino”. A continuación, aclaró que no llega con “proyectos pastorales predeterminados”. “Espero conocer primero la realidad eclesial y social; y será la luz del Evangelio la que iluminará dicha realidad y determinará nuestro trabajo, para discernir y proyectar, asumiendo el actual plan pastoral de la diócesis”, añadió.

El nuevo obispo de Málaga -diócesis de la que tomará posesión el próximo 13 de diciembre- concluyó su carta de saludo dirigiendo un saludo “a los hermanos de otras iglesias cristianas” y a “los que profesan otras religiones”, mostrando su “deseo de dialogar, para conocernos mejor y apreciarnos más”.

En el nº 2.632 de Vida Nueva.

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