Al encuentro de los marginados, los jóvenes y los obreros

Los jesuitas analizan las sugerencias para la pastoral parroquial realizadas en la reciente CG 35

(F. N. C.) Alrededor de 80 representantes, laicos y religiosos, de las provincias españolas de la Compañía de Jesús (Aragón, Bética, Castilla, Loyola y Tarraconense), pero también procedentes de delegaciones de Italia y Portugal, participaron, del 11 al 13 de abril, en el X Encuentro Interprovincial de parroquias jesuitas, que tuvo lugar en la Cova de Sant Ignasi de Manresa (Barcelona).

Este encuentro, desarrollado bajo el lema La misión y la colaboración con los laicos, ha tenido un matiz especial, puesto que en él se analizaron las sugerencias presentadas durante la Congregación General 35 (CG 35) (clausurada en Roma el mes pasado) y para su aplicación a la misión de los jesuitas en las parroquias. De hecho, en el mismo tomaron parte varios jesuitas electores en la CG 35.

Durante este encuentro se desarrollaron dos ponencias, una a cargo de Jesús Magriñá (que en junio será el nuevo Provincial de la Tarraconense) bajo el título La Misión a la luz de la C.G. 35, y la otra, por José Juan Romero, con La colaboración con los Laicos.

En las jornadas estuvo muy presente el trabajo realizado en esa CG de la que salió elegido como sucesor de Peter Hans Kolvenbach el español Adolfo Nicolás. En ella participaron 50 electores que trabajan o han trabajado en parroquias en diversos contextos y culturas en el mundo, como el nuevo Prepósito General, quien durante cuatro años (2000-2004) realizó su apostolado en un contexto parroquial en Filipinas.

Según informa la Oficina de Prensa de la Compañía de Jesús, 50 electores escribieron un mensaje al resto de los 4.000 jesuitas que hoy trabajan en Ministerios Parroquiales, atendiendo, entre otras cosas, a unas 2.000 parroquias jesuitas. En aquel mensaje señalaban que tienen “el desafío de no reducir nuestras parroquias a una ‘fuente’ bien cercada, en la que esperamos que llegue la gente. Debemos ir al encuentro de los ‘sectores marginados, los pobres, los jóvenes y los obreros’”, afirmaron citando al P. Kolvenbach.

Asimismo, asumían como parte integrante de su apostolado parroquial “los objetivos de la iglesia local, formando redes con otros jesuitas en diversos apostolados, así como con otros movimientos civiles, eclesiales, ‘por una nueva tierra y un nuevo cielo’”. “Nos comprometemos –concluía el mensaje– a asumir las nuevas luces y conocimientos de la CG 35, particularmente en lo relacionado a la gran preocupación por la ecología y la defensa amorosa de la creación de Dios”.

Además del trabajo parroquial común, en las parroquias de la Compañía de Jesús se acentúa el compromiso con la justicia y la reconciliación; la apertura al diálogo ecuménico e interreligioso; el acercamiento a los cristianos alejados y a los no creyentes; la participación y el liderazgo de los laicos; o la difusión de una cultura de la solidaridad que trascienda los límites de la parroquia.

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