Tribuna

60 años de la CLAR

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El Señor ha estado grande con nosotras y nosotros…. ¡Y estamos alegres! Es el sentimiento que abarca los pliegues del corazón de quienes estamos hoy presentes celebrando los 60 años de la CLAR.
En 1959, cuando el obispo de Roma Juan XXIII celebraba el 1er. Concilio Ecuménico, nuevos aires de vida comenzaron a recorrer la Iglesia. Una necesaria reflexión sobre sí misma y una urgente apertura a las necesidades del mundo movilizó a la vida religiosa del continente.
El deseo de aunar y coordinar los esfuerzos de las conferencias nacionales de religiosas y religiosos para crear una institución que promoviese y animase la vida religiosa en sintonía y profunda sensibilidad con las necesidades humanas, sociales y religiosas de las poblaciones latinoamericanas, hizo que la CLAR comenzara su camino.

Los primeros pasos

Los primeros religiosos presidentes que dieron el impulso inicial fueron los abades benedictinos Martín Michler y Andrés Azcárate. Y los primeros secretarios generales: el P. Tiago Cloin, CSSR, y el P. Emilio Arango.
Desde el primer momento se fue descubriendo una sinergia de vida que atravesaba todo el continente e iba creando en muchas religiosas y religiosos de las más diversas naciones una nueva inquietud y entusiasmo por vivir más evangélicamente y más comprometidas/os con la realidad, en el marco de un dramático crecimiento de la pobreza.
Fueron tiempos de mucha entrega y esfuerzo para animar, renovar la vida religiosa y la profunda búsqueda de nuevos caminos para una inserción más comprometida. No faltaron tensiones, incomprensiones y hasta persecución por parte de los poderes políticos a numerosas/os religiosas/os que pagaron con la vida su compromiso evangélico y su opción por los pobres. Hoy, la sangre derramada de tantos mártires, es semilla de esperanza para quienes continuamos el camino.

Renovado impulso

La celebración de este aniversario, tiene que estimularnos a seguir en la implementación de los objetivos que la CLAR se propone para su Plan Global del trienio 2018-2021, y que será puesto en consideración en la próxima reunión de Junta Directiva a celebrarse en Santiago de Chile (18-20 de marzo).
Damos gracias a Dios por estos 60 años de la CLAR, y rogamos seguir siendo instrumento de animación y promoción de la vida religiosa, de unión y coordinación de quienes pisamos este suelo latinoamericano y caribeño, y de una presencia eclesial generosa y profética.
Una vez más renovamos nuestra opción por los excluidos de nuestro tiempo, manifestando que queremos caminar con ellas/os, haciendo nuestras las heridas de…
  • las mujeres marginadas y excluidas;
  • los migrantes y refugiados;
  • las víctimas de trata, tráfico y abuso;
  • las culturas afro e indígenas, con especial mirada en la realidad amazónica;
  • las personas con diversidad de género;
  • las nuevas generaciones de la vida consagrada;
  • los adultos mayores;
  • la vida de los jóvenes en esta hora histórica;
  • los más vulnerables y todas las víctimas de las esclavitudes modernas (Cf. Horizonte Inspirador de la Clar 2018-2021).

Todos estos rostros emergentes, cobran nombre y un lugar visible en la fiesta de la vida a la que estamos convidadas/os. Hoy, más que nunca, nos urge vivir más inspiradas e inspirados por la fragilidad y la gratuidad de la presencia amorosa de Dios en el mundo, al cual servimos con alegría y total entrega.

Gracias por acompañarnos y ser parte de esta historia. Que María, invitada junto a su Hijo y los discípulos a las Bodas de Caná, susurre en nuestro corazón aquella frase que hizo posible recuperar la alegría de la fiesta: “Hagan todo lo que Él diga, ya es la hora” (Cf. Jn 2, 1-1).

Equipo de la Secretaría General de la CLAR con la Presidenta / CLAR

A 60 años de la CLAR

 

60 años de vida

no son muchos ni pocos…

Son sólo años de camino,

pinceladas de intento,

trazos de Evangelio,

entretejido de opciones,

de las radicales para muchos

de las que se pueden para otros. 

 

60 años de vida

no son muchos ni pocos…

Son sólo senderos de búsqueda

sororal y fraterna,

para ser un poco más fieles

al Dios de la vida y a la tierra,

urdimbre de experiencias

que traspasan las fronteras.

 

60 años de vida

no son muchos ni pocos…

Sólo un tiempo de provocaciones

para sumar palabra y rostro,

retorno a la inaugural propuesta

de las opciones primeras,

apostar por esta tierra que nos vio nacer

y comprometer la vida entera.