Solo el 0,14% de los curas españoles promueve públicamente la recogida de firmas contra las bendiciones gais

  • Ninguno de los 32.967 religiosos y religiosas de vida activa presentes en España ha secundado la petición y solo un contemplativo de los 7.906 monjes y monjas de clausura
  • En el listado visible de firmantes aparecen 18 presbíteros de diez diócesis distintas

Sacerdote en una sacristía

Solo el 0,14% de los sacerdotes españoles promueve públicamente la recogida de firmas contra las bendiciones gais. Según la Memoria de Actividades de la Conferencia Episcopal Española, en España hay 15.669 sacerdotes diocesanos y un total de 22 de ellos -aunque cuatro se han borrado- han cuestionado públicamente estas bendiciones pastorales.



Del mismo modo, ninguna contemplativa y solo un contemplativo de los 7.906 que hay en España ha firmado esta petición: Luis María de la Santísima Trinidad y de la Santa Cruz, sacerdote de la Sagrada Orden Eremítica de la Cartuja.

Por su parte, ninguno de los 7.851 religiosos ni 25.116 religiosas de vida activa españoles -según datos de la Memoria de la Conferencia Española de Religiosos (CONFER)- secunda la enmienda a la totalidad al papa Francisco.

10.500 firmas en diez días

El 31 de diciembre, cinco presbíteros decidieron acabar el año con una recogida de firmas en la plataforma ‘change.org’ para pedir al papa Francisco que, “por el bien de la Iglesia”, anule ‘Fiducia supplicans’, la declaración con la que el Dicasterio para la Doctrina de la Fe abrió la puerta el 18 de diciembre a las bendiciones pastorales –que no rituales– a parejas irregulares, es decir, divorciados vueltos a casar y homosexuales.

Diez días después, cuentan con más de 10.500 firmas, pero de los cinco sacerdotes promotores, cuatro se han borrado: José Manuel Alonso Ampuero, Julio Alonso Ampuero y José María Cabrero, de Toledo, y Antonio Diufaín Mora, de Cádiz. De ellos solo queda el también diocesano de Toledo Francisco José Delgado, actualmente enviado a Denver.

Esta desaparición –que no necesariamente implica que su firma haya sido borrada, pues la plataforma permite unirse de forma pública o privada a cualquier petición– llegó después de que, el 5 de enero, el Arzobispado de Toledo llamara al orden a los sacerdotes anti bendiciones: “No se pueden rechazar de plano”.

El arzobispo Francisco Cerro y el auxiliar César García Magán publicaron un mensaje a los presbíteros tras la campaña en internet, dejando claro que ‘Fiducia supplicans’ “pertenece a ese orden de verdades que el Magisterio propone como doctrina católica, que pide un religioso asentimiento de voluntad y entendimiento”. Asimismo, los prelados llamaban a los curas a una “obediencia de fe” y  al discernimiento caso a caso: “Ni hay obligación automática de hacerlo ni de no hacerlo”.

Los 18 sacerdotes firmantes españoles

Pese a que estos cuatro sacerdotes parecen haber hecho caso a sus pastores, sí hay otros 17, además de Delgado, de distintas diócesis españolas que apoyan públicamente la petición: Enrique Cabrera González y Arturo Portabales González-Choren, de Madrid; Isidoro Francisco Rodríguez González, de Tenerife; Jaime Mercant Simó y Eusebio Capel Rotger, de Mallorca; Alban Salvador Sanz Esteban y Juan Carlos Mayoral Bielsa, de Toledo (este último enviado a Lurín, en Perú); Pedro Nolasco Rodríguez Rodríguez, de Cádiz; Federico Marfil Mur, Juan Martinez Porcell y Antonio J. Gómez Mir, de Barcelona; José Ruiz Navarro, de Málaga; Francisco Miguel Vidal Martín-Toledano, de Orihuela-Alicante; Juan Andrés Talens Hernandis, de Valencia; y Jaime Urbizu Fernández-Giro, Luis Manuel Fernández Asín y Jesús Miguel Irache Cosano, de Zaragoza.

En concreto, ahora son 302 personas las que firman de forma pública, pero en su mayoría se trata de fieles laicos que, afirmando adherirse “a la verdad revelada, recogida en la Biblia y en la Tradición e interpretada por el Magisterio secular de la Iglesia”, sostienen que “bendecir parejas en situación irregular o en convivencia homosexual, aunque sea de forma extra litúrgica, contradice el plan de Dios”. Por eso, “en conciencia no podemos aceptar el reconocimiento de este tipo de bendiciones”, defienden.

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