Robert Byrne: la caída del obispo que nombró canónigo de la catedral a un cura abusador y se compró un piso de lujo

En enero, el Dicasterio para los Obispos del Vaticano encargó al arzobispo de Liverpool investigar las causas de lo ocurrido

Robert Byrne

El pasado mes de diciembre, el obispo de Hexham y Newcastle, Robert Byrne, presentaba su renuncia al Papa por “una sucesión de errores de juicio” que hacían insostenible su cargo. En enero, el Dicasterio para los Obispos del Vaticano encargó al arzobispo de Liverpool, Malcolm McMahon, investigar las causas de lo ocurrido.



El informe, publicado ayer, revela que el arzobispo McMahon “no encontró razón para no creer” a Byrne cuando decía haberse sentido “sobrepasado” por el cargo. Además, señala que algunos de los aspectos relacionados con la renuncia “son internos de la Diócesis de Hexham y Newcastle y no son directamente de interés público”.

Sin embargo, el informe de McMahon aborda eventos que, durante el mandato del obispo Byrne, han salido a la luz, como las supuestas fiestas en la catedral de Newcastle durante la pandemia de Covid y otros escándalos como el suicidio del canónigo Michael McCoy y la relación del obispo con el sacerdote Timothy Gardner, encarcelado por abusar de menores.

En cuanto a los rumores de las fiestas sexuales en la catedral, McMahon subraya que “son simplemente falsas”, pero reconoce que, en contra de las normas de distancia social durante la pandemia, en ocasiones se ofrecían refrigerios para los voluntarios en la casa de la catedral después de los servicios. “El obispo Byrne no estuvo presente en ninguna de estas reuniones”, asevera McMahon.

El caso McCoy

En cuanto al suicidio de Canon McCoy, a quien el obispo Byrne nombró decano de la catedral poco después de su propia llegada en 2019, se produjo después de que este fuera notificado de que la policía estaba investigando acusaciones sexuales históricas en su contra.

El arzobispo McMahon señala en el informe que Byrne “había sido notificado de más de una fuente sobre los problemas de protección” relacionados con Canon McCoy, de quien apunta que “fue un error de juicio promover a un sacerdote con antecedentes a un puesto de alto perfil”. “El obispo Byrne podría haber prestado más atención para garantizar que Michael McCoy fuera manejado adecuadamente dadas las preocupaciones de protección que se habían planteado”, asevera.

Por otro lado, en cuanto a la relación de Byrne con el sacerdote dominico Timoty Gardner, condenado en 2014 por poseer y hacer fotos de menores en situaciones sexuales, comenzó hace décadas y culminó con un negocio entre ambos que incluía la compra de un piso de lujo. Así, a pesar de conocer las investigaciones contra Gardner, McMahon señala que Byrne “no entendió el riesgo que estaba tomando tanto para sí mismo como para la diócesis”.

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