Pliego
Portadilla del Pliego, nº 3.219
Nº 3.219

Un año sin Juan Martín Velasco

Juan Martín Velasco (Santa Cruz del Valle, Ávila, 8 de marzo de 1934 – Madrid, 5 de abril de 2020) promovió –ya próximo a su jubilación en 2004 y entre tantas otras iniciativas– un ‘Seminario interno’ (de profesores y ‘agentes pastorales’ de Madrid) en el Instituto universitario donde enseñó desde que la Pontificia de Salamanca lo trajo a Madrid en 1964. Estudiar aquel Seminario, que duró doce años (de 2001 a 2013), nos permite identificar el carácter y el significado propio del Instituto de Pastoral en la Iglesia española y lo que el profesor Martín Velasco inspiró en él.



“Todos sabemos –dije en la introducción de esa ‘Lectura creyente de la actualidad’– que, gracias a él, el Instituto fue un oasis de la Iglesia española en medio del creciente desierto. Aunque aquí las palmeras nunca se talaron para fortificar el propio recinto: solo se cuidó ‘la fonte que mana y corre, aunque es de noche’. Nuestro Juan de Dios, como el de la Cruz, sabía que esa fuente ‘está ascondida, que bien sé yo do tiene su manida…’. Así que, mientras tildaban de ‘progre’ y revolucionario al Instituto de Pastoral y muchos lo miraban con recelo y olvido, iba ‘llamando a las criaturas, / y de esta agua se hartan, aunque a escuras, / porque es de noche’. Tan honda era la vertiente ‘mística’ del legado de Juan”.

Aquí fue un puntal duradero (hasta su muerte), y el Seminario de su último tramo como director (2001-2003) lo demuestra. Yo pude asistir a 74 de sus 79 sesiones (mensuales) y conservo unos apuntes manuscritos, que ahora voy a exponer y si, a pesar de su inevitable sesgo subjetivo (y hasta en papel reciclado por una cara), merece la pena conservarlos y estudiarlos mejor, estoy bien dispuesto a cedérselos al archivo.

Su impronta en el Instituto

Se pueden y se deben analizar otras realidades similares de este Instituto, como sus XXXI Semanas (anuales) de Teología Pastoral, que en 31 volúmenes ha editado año tras año Verbo Divino, con sus títulos, invitados, ponencias y comunicaciones. O también los programas lectivos de cada curso académico con sus materias y profesores; o la bibliografía personal que ellos publicaron. También sería muy significativo conocer la presencia de sus alumnos en diferentes puestos y lugares de la Iglesia, pues muchos dejan traslucir la impronta de Juan Martín Velasco, así como las tesinas de licenciatura y las tesis doctorales que dirigió.

Mis apuntes de aquel ‘Seminario interno’ contienen diversos datos de interés: sus promotores –sin duda el propio Juan y Julio Lois–, sus protagonistas cada año y cada sesión, aparte del itinerario de temas escogidos, la constancia y aportación de sus asistentes, profesores o no, y hasta algunos conflictos y deserciones.

Pero en esta ocasión quiero mostrar el afán personal de Martín Velasco por centrar bien la cuestión pastoral de nuestra época y por evitar disiparla entre cosas laterales. Además, creo que trató de aunar sobre ese eje al equipo de profesores del Instituto.

Clave de la situación pastoral

¿Cuál era la clave de la situación pastoral que debíamos afrontar?, según él. ¿Y por qué no quería atender a otras cuestiones accesorias, aunque importantes? Más aún, después de asistir asiduamente durante los tres primeros cursos, percibió que el Seminario entraba “en crisis” y, tras explicarnos por qué, su asistencia menguó notablemente.

Aquel Seminario interno coincide con publicaciones suyas que nos ayudan a entender mejor su visión pastoral durante aquellos largos años plomizos –si no de plomo– de la secularización europea y eclesial, tal como se vivían en la Iglesia española y en esta archidiócesis concreta. Probablemente, lo plomizo no ha hecho más que prolongarse hasta hoy. Entonces ¿qué quería Martín Velasco investigar y proponer? A veces, citaba otras derivas eclesiales ya fracasadas y alienantes, por ejemplo, lo ocurrido con la ‘Mission’ francesa de los años 50, o con la reciente “nueva evangelización” de Juan Pablo II. Y, lo que es peor, advertía el riesgo de una acción pastoral dedicada a conservar a los pertenecientes a una época anterior.

Los temas tratados en el ‘Seminario interno’ aún rebrotan entre nosotros cada vez que planeamos una nueva Semana de Teología Pastoral del Instituto y la semana XVI (enero de 2005) –simultánea a la crisis de este Seminario– resume muy bien los dos secretos que siempre buscamos: ‘¿Qué ves en la noche? (Is 21, 11)’ –pues noche y eclipse era y ese fue el título de la Semana– y “¿Qué debemos hacer, hermanos?” (una ponencia casi coral a mi cargo).

Lección extraordinaria

Pero en aquella Semana la lección de Juan fue extraordinaria: ‘Lo que el Espíritu dice a las Iglesias (Ap 2, 7). La actual crisis religiosa, signo de los tiempos’. Su lectura reposada nos da la melodía de muchos acordes suyos registrados en mis papeles del ‘Seminario interno’. Porque la paradoja de Martín Velasco fue no haber cedido nunca a culpar a la sociedad moderna de su imparable secularización, sino asumirla como un signo de los tiempos y fomentar en ella la propia conversión en busca de otra fonte, aunque es de noche.

Y así –bajo un aparente derrotismo o displicencia ante ciertas líneas pastorales o medidas oficiales– lo proponía para la fe personal y para la comunitaria. En la parroquia de Vallecas a la que se entregó tantos años mantuvo hasta el final un “taller de oración” en esa línea. (…)

Aprender a creer

Acabo mis recuerdos con la esperanza de haber exhumado, junto a estas palabras de entre veinte y ocho años ha, la profunda lección del profesor Juan Martín Velasco sobre lo indispensable y central de la tarea pastoral, frente a otras derivas pastorales empobrecidas. Hemos de aprender a creer; poco a poco y al compás de la vida, no de una vez por todas.

También me gustaría haber mostrado la utilidad de un diálogo y reflexión común entre los profesores de un centro sobre lo que juntos han de enseñar, so pena de ir cada uno a lo suyo y por su lado, como se acostumbra en las programaciones escolares, para desgracia de la compacta realidad. Y no digamos nada de la conveniencia de confrontarse con quienes bregan sobre el terreno, como se hizo en este ‘Seminario interno’ con aquellos comprometidos agentes pastorales.

De paso, recomendaría a todos archivar sus apuntes ocasionales, por si un día quieren disfrutarlos (tal vez durante un largo confinamiento en casa). En cambio, no he pretendido aquí estudiar el pensamiento de Juan Martín Velasco, que sus lectores conocerán mucho mejor por sus propios escritos. Muchas gracias.

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Índice del Pliego

Un seminario académico y pastoral

Hacia lo central

Cifras, nombres y asistencias

Aportaciones iniciales de Juan Martín Velasco

El segundo año del ‘Seminario’ (2002-2003)

El tercer año (2003-2004)

La cumbre

El cuarto curso (2004-2005), sin acordar los presupuestos

Durante el 5º curso (2005-2006)

El curso 9º (2009-2010)

En el 11º curso (2011-2012), ‘Nueva Evangelización’

El último año del ‘Seminario’ (2012-2013)

Conclusión